Resumen Mexico En El Siglo XX

El Presidencialismo Contemporáneo

Sin duda en México se ha visto un fuerte poder político en los Presidentes de la República desde que se redactara la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos de 1917. Dicha Constitución le ha conferido al Presidente cierta autonomía y poderes metaconstitucionales – más allá de lo que dicta la Constitución – que le confirieron un poder casi monárquico.

Si bien es cierto que se tiene un congreso, éste tenía como mayoría legisladores de un partido dominante y casi avasallante, lo que le permitía cierto confort político al Presidente en turno, amén de las organizaciones creadas para asegurar el triunfo de dicho partido – CNC, CTM y la CNOP – y con las que sometían indirectamente a las masas para que actuaran y sigan actuando de acuerdo a los caprichos del gobierno en turno; en este caso del PRI.

Ahora bien, desde que en 1930 el Estado mexicano asumiera un papel relevante; si no es que principal, en el desarrollo económico y de la seguridad social su importancia ha ido en aumento como eje de la economía mexicana. Esto lo podemos constatar en el reparto de los gastos públicos entre el gobierno Federal y los gobiernos locales, estamos hablando en casi un porcentaje del 70-30 respectivamente. Esto pone en desventaja a Gobernadores y Presidentes Municipales, ya que muy pocas obras importantes son realizadas con recursos locales sin que tenga participación el gobierno central. Este ejemplo de centralización lo podemos observar cuando la Corona española la quiso implementar en La Nueva España – lo que hoy es México, California, Texas y Nuevo México – sin conseguir el éxito que esperaba gracias en parte a la gran corrupción que imperaba, a lo extenso del territorio, su difícil geografía, lo disperso que se encontraban las poblaciones, y a la falta de un ejército bien entrenado. Esto dio origen a una mayor independencia política de lo que debían tener los grandes latifundistas, mineros o comerciantes.

La Independencia y la Dispersión

Si bien se gestaban independencias en toda américa, en México, según los pensamientos del propio Simón Bolívar, se desarrollaba de una manera diferente, como una lucha de clases con una actitud cruenta en todos los ámbitos. A pesar que se gestó en el centro del país, rápidamente se extendió por todo el territorio y a pesar que las rebeliones fueron aplastadas en el centro estas siguieron gestándose en las poblaciones más remotas del país y, aunque restaurado el orden en el Virreinato, este ya no pudo recuperarse del quebrantamiento sufrido y al ejército realista no le quedó otro camino que el de conferir a lo que hoy es México, su independencia de la Corona española.

A pesar de dicho triunfo, al nuevo Estado le costaría mucho trabajo legitimarse, además de las condiciones económicas adversas en que se había quedado, países como Francia, Estados Unidos, Inglaterra y la misma España trataron de aprovechar para obtener beneficios económicos y territoriales a costa de México, algo que fue logrado por algunos.

Todos estos factores provocaron un impedimento para que surgiera un mercado interno y reforzaron las tendencias al regionalismo y la autarquía – rechazando toda ayuda externa – y en lo político fue una época en que proliferaron los caudillos y los caciques, como ejemplo de ello y el más tristemente notable fue el caso de Antonio López de Santa Anna.

El Porfiriato. La consolidación del Presidencialismo

Es claro notar que cada uno de los actores políticos de esta etapa, aunque dijeron defender el que el Poder Ejecutivo no lograra imponerse sobre el Legislativo

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