El Renacimiento español.

Desde finales del siglo XV grandes cambios suceden en España y Europa. Los árabes se ven echados definitivamente de España y Colón descubre América mientras en Europa comienza una nueva era espiritual. En cuanto a la literatura, el vocabulario, el estilo y la temática cambian según los ideales renacentistas: los temas y las formas son influidos por los de la literatura clásica, mientras el estilo tiene que ser sencillo y claro, sin adornaciones inútiles y palabras pomposas. Todavía, la forma tiene que ser cuidada y lograr un equilibrio. Las lenguas vulgares se imponen al latín.

España se pone en contacto con el Renacimiento gracias a las relaciones con Italia. La literatura española del siglo XVI se divide en dos etapas que coinciden con los reinados de Carlos I (1517-1556) y de Felipe II (1556-1598) . Durante la primera etapa, por la gran influencia de Erasmo, se ve una grande apertura hacia Europa mientras en la segunda se nota una vuelta hacia lo tradicional. Veremos cómo estas corrientes han influido a la literatura y, sobre todo, a la prosa española.

A finales del siglo XV, entre la Edad Media y el Renacimiento, surge La Celestina. Aunque parece a una obra teatral, fue escrita para ser leída. Como es fruto de una época transitoria, elementos de ambas eras están presentes: por una parte, la obra se desarrolla en un ambiente claramente medieval, tiene una intención moralizadora y el idealismo de los amantes frente al realismo de su mundo es evidente tal como los elementos novelescos. Por otra parte, la importancia que se presta a los individuos, los sentimientos intensos, los intentos de los personajes a gozar la vida, el renuncio del protagonista al cristianismo, el suicidio de Melibea y el llanto de sus padres son todos rasgos renacentistas. Además, la impotencia de los personajes frente a su trágico destino predeterminado es un tópico de las obras clásicas antiguas. Finalmente, el uso del lenguaje doble, culto -de acuerdo con el Humanismo- para los nobles y popular -de acuerdo con el Renacimiento- para los criados, es único en la historia de la literatura española.

La prosa didáctica de la época de Carlos V, profundamente influida por el erasmismo, el uso de la lengua vulgar y la admiración de la vida campesina, tiene sus principales representadores: Alfonso de Valdés, Juan de Valdés y Fray Antonio de Guevara.

Alfonso de Valdés, en sus obras, trata de defender la política imperial de su rey y al mismo tiempo muestra la necesidad de una reforma religiosa. Muy influido por los ideales erasmistas, cree que la pureza de costumbres es más importante del culto externo. Señala que es necesaria una reforma moral de la cristiandad y una vuelta hacia la religiosidad íntima. No obstante, su estilo excepcionalmente vivaz y sus agudas expresiones irónicas muestran que no es totalmente ajeno a la tradición española.

Su hermano, Juan de Valdés, ha incorporado las doctrinas de Lutero y Erasmo, según las cuales “para salvarse no valen las obras, sino la fe ilimitada en Dios”. Su obra religiosa Ciento diez consideraciones divinas es famoso por sus análisis psicológicos. Aunque usa la lengua vulgar y su estilo es claro y natural, no puede evitar la espontaneidad española.

Por fin, Fray Antonio de Guevara ha escrito obras de temática didáctico-moral con estilo muy ameno y sabroso. En su expresión mezcla elementos renacentistas con nacionales, por ser sencilla y al mismo tiempo retórica y por la presencia paralela de gracia pintoresca e ironía. En su obra Menosprecio de corte y alabanza de aldea se puede ver una versión realista de la vida campesina, lo que es imposible en las idealizaciones de las obras bucólicas.

Los libros de caballerías, aunque procedentes de la época medieval, tuvieron gran éxito en la primera mitad del siglo XVI gracias a su temática que tenía que ver con el idealismo amoroso y el espíritu aventurero e influyeron hasta en algunos místicos.

El Lazarillo de Tormes, obra anónima y de fecha desconocida de primera edición, escrita en lengua vulgar e influida por el erasmismo y el humanismo, se considera la primera muestra de la novela picaresca. Protagonista no es un noble caballero, sino una persona insignificante. Aunque la trama se desarrolla en un ambiente social totalmente diferente de los libros de caballerías, el realismo intenso de la obra es característico de la tradición medieval española, tal como la vivacidad y la espontaneidad de su lenguaje. Todavía están presentes rasgos del Renacimiento, como la manera de ver el mundo físico y psicológico, la sátira y la crítica a la nobleza y al clero y el uso de la lengua vulgar.

En la misma época se desarrollan también varios tipos de novela renacentista: la novela pastoril se inspira básicamente en la obra Arcadia de Jacobo Sannazaro. Se desarrolla en un ambiente pastoril y su contenido idealizado está de acuerdo con la lentitud de la prosa. Aunque se trata de prosa, en la narración se interponen versos. Otro tipo es la novela morisca, donde protagoniza un moro caballeresco y galante. Por fin, existe la novela bizantina que proviene de la literatura griega

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