El cuento fantástico

El cuento fantástico

El cuento fantástico narra historias que suceden en un mundo muy similar al real pero en el que ocurre un hecho inexplicable. Este hecho implica una ruptura con el orden conocido. Las acciones se presentan en forma tal que no se sabe si lo que se cuenta podría suceder o si responde a hechos sobrenaturales. Por eso, lo que nunca falta en el cuento fantástico es ese momento de vacilación en que el lector duda sobre cómo interpretar lo que se le cuenta.

Para que se produzca la incertidumbre, la narración tiene que poseer, en un primer momento, verosimilitud: el mundo que se describe es parecido a la realidad efectiva. En este mundo es donde irrumpe un elemento que ni el lector ni los personajes pueden atribuir a la lógica que conocen.

En el cuento fantástico el lector vacila, duda, entre dos explicaciones posibles. Por un lado, su experiencia de lo real y cotidiano lo motiva a encontrar una explicación lógica y natural de los sucesos narrados; por otro lado, la naturaleza ilógica de los hechos lo inclina hacia una explicación sobrenatural. Por ejemplo, en los cuentos en que aparecen fantasmas el lector se ve obligado a aceptar su presencia en el mundo, aunque su razón le señale que no existen.

En la literatura fantástica se suelen utilizar distintos recursos para crear una atmósfera extraña, que provoque esa inestabilidad e incertidumbre:

• Metamorfosis o transformaciones (Por ej., hombres lobo).

• Presencia de un doble.

• Historias que se repiten indefinidamente.

• Aparición de fuerzas sobrenaturales.

• Rupturas de leyes físicas: traslados en el tiempo, transmutación de mundos, detención del tiempo, anacronismos parciales.

• Interrelación entre el sueño y la realidad.

El escritor busca que el lector se pregunte acerca de la factibilidad de los sucesos. Su objetivo es producir perplejidad y suspenso y, a veces, miedo y terror.

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