El embarazo

Lo que siente la madre lo vive el hijo

El embarazo es el periodo de nueve meses en el cual la mujer pasa por múltiples transformaciones, tanto físicas como psicológicas; es este lapso el más bello para una madre, pues es el tiempo de mayor  unión con su pequeño hijo. Durante estos meses,  hasta el momento del parto, el bebé está unido a su madre y al mundo externo a través de la placenta, la cual  no solo le proporciona alimento sino que también transmite  las emociones de la madre por medio de las hormonas que segrega su organismo. Dichas emociones liberan diferentes sustancias químicas en el torrente sanguíneo; por ejemplo, la ira libera adrenalina, el miedo libera catecolaminas, el estrés libera cortisol y la euforia libera endorfinas; estas sustancias químicas pasan a través de la placenta al bebé en cuestión de segundos según la emoción que esté sintiendo en ese momento la madre.

Teniendo en cuenta lo mencionado hasta el momento, es de gran importancia  señalar que estos conocidos cambios psicológicos  y emocionales que se sufren durante el periodo de gestación, afectan directa e indirectamente al bebé, lo que repercute y le trae consecuencias tanto antes como después de nacer.

Pues bien, es así como sentimientos tales como la ansiedad, que impide el paso de los nutrientes necesarios para que el bebé se forme, y el estrés de la madre en el embarazo, afectan al sistema nervioso, cardiovascular, hormonal y el sistema inmune del bebé; ”hay buenas razones para sospechar que el estrés emocional severo podría causar alteraciones congénitas por una alteración del desarrollo de la cresta neural, por ejemplo, labio leporino o cardiopatías”, explica Dorthe Hansen, científico y director de un grupo de investigadores daneses. Sin embargo, si el bebé está en un ambiente afectuoso y armonioso desarrolla una corteza frontal  más grande, donde  reside el raciocinio, en relación al tamaño de la parte de atrás, el “cerebro de reptil” donde se activan los reflejos inconscientes de los seres humanos.

Por otra parte, los cambios emocionales bruscos en una embarazada afectan también el desarrollo mental del feto, ya que, ante una situación estresante, la madre produce la segregación de hormonas toxicas como el cortisol, el cual, si se da en niveles altos eleva el riesgo de que el bebé padezca el síndrome de déficit de atención, hiperactividad y tenga un coeficiente intelectual muy bajo. Además, la exposición a niveles elevados de estrés prenatal, sobre todo durante las primeras semanas de embarazo, puede influir negativamente en el desarrollo cerebral del feto, determinando alteraciones del desarrollo de las habilidades intelectuales y del lenguaje en el niño.

Así mismo, resulta muy complejo  investigar acerca de las emociones en la vida del bebé durante el embarazo, muchos estudios coinciden en que las actitudes y sentimientos de la madre influyen en el desarrollo emocional del bebé y por lo tanto en su personalidad. Según el Dr. Verny, especialista en estudios del desarrollo del psiquismo fetal afirma que  “el feto puede ver, oír, experimentar, degustar y, de manera primitiva, incluso aprender. Pero lo más importante es que puede sentir”, lo que significa que él ya sabe cuándo su madre presenta sentimientos de estrés, enojo, alegría, angustia, etc.; además, los niveles elevados de cortisol, mencionados anteriormente, también logran poner en alerta al organismo de la madre y del bebé, lo que hace que este último reciba el mensaje de que deberá hacer frente a un entorno peligroso al nacer, eso lo hace mucho más pronto a reaccionar, por lo que suelen ser niños más susceptibles a llorar, a estresarse o a sentir ansiedad.

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