Ensayo: “El principito”

Ensayo: “El principito”

Cuando éramos solo unos niños no existían las clases sociales, ni los problemas mayúsculos, el mundo nos parecía una historia de fantasía, nada era imposible. Aceptábamos y tomábamos las opiniones de los expertos, vagabundos, niños como igual y las aceptamos como verdades absolutas sin cuestionar nada, absolutamente nada, teniendo la certeza que el emisor (nuestro amigo) siempre nos está contando una verdad, o por lo menos su verdad. La verdadera magia de ser niño es la absoluta ignorancia de que algún día esa inocencia se verá menguada por alguna u otra razón. El principito es una historia que habla de la inocencia de un niño, su inquietud por conocer el exterior, y su manera de ver a los adultos. Esta historia permite reconocer las cosas buenas  que existen en este mundo y que casi nunca sabemos apreciarlas, tales como las que hay en la naturaleza, como si observamos en una flor la magia que uno puede encontrar en la belleza perenne de su insignificante existencia,  las cuales pasan desapercibidas debido a que con algo tan común en nuestro modus viviendus, con algo que vemos tan a diario, ¿qué especial puede tener?, y si, así como en todas las demás cosas. Pero, ¿Por qué cuando crecemos todo cambia? A medida que vamos ganando años, nos volvemos dependientes de los estándares impuestos por la sociedad, todos opinan acerca de cómo deberías vestir, hablar, comportarte, pensar de cierta forma; Si no lo haces, entonces no encajas en la sociedad, no puedes ser parte de esa gran farsa regulada por la ética, la moral y “lo correcto”. La vida misma, desde el punto de vista social y por supuesto, colectivo,  se encarga de obligarnos a olvidar todos esos sueños, todas esas aspiraciones que en nuestra niñez nos planteamos con tanto ahínco, con tanta fe. Sin darnos cuenta, vemos cómo nuestras prioridades, nuestros pensamientos, nuestros sueños se van modificando, se van esfumando día a día  volviéndonos la peor versión der ser humano, su etapa adulta. ¡Dios! cuanta madurez ha llegado a nuestras vidas llenas de tanto y tanto vacío, y lleno de  tanto y tanto nada. Dúrate esta aventura, en principito conoce a un total de diez personajes: El aviador, la flor, el zorro, la serpiente, el rey, el vanidoso, el bebedor, un hombre de negocios, el farolero y por último el geógrafo. Cada uno lo lleva vivir una situación singular, cada uno le enseña una lección de reflexión acerca del comportamiento que tenemos los adultos en la vida real. Y cada uno tiene un significado tan general pero tan personal al mismo tiempo, obligándonos a remontarnos en el fascinante viaje de nuestro pasado, justo en el instante cuando nos hacíamos las mismas preguntas, cuando teníamos las mismas inquietudes y cuando para nada comprendíamos lo que era la envidia, el odio o la avaricia. Frases como: “lo esencial es invisible a los ojos”, “fue el tiempo que pasaste con tu rosa la que la hizo tan importante”, “si tu vienes por ejemplo a las cuatro de la tarde, desde las tres comenzare a ser feliz”, “eres responsable siempre de lo que has domesticado”, “solo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar”. Lo anterior, nos invitan a reflexionar sobre la importancia de lo que consideramos insignificante, nos invita a analizar sobre que en todo lo superficial siempre hay una esencia única, que lo importante para nosotros es justo a lo que le damos importancia, que cosechamos lo que sembramos, nos invita a pensar que solo debemos de exigir lo que somos capaces de dar. Curiosamente el libro lo escribió el  escritor francés Antoine de Saint-Exupéry en un momento histórico caótico, justo cuando estaba en su máximo esplendor el conflicto bélico más aterrador de la historia de la humanidad, la segunda guerra mundial. Ya hace ochenta y cuatro años desde que se publicó por primera vez esta majestuosa obra, y a decir verdad dentro del contexto histórico de lo actual la realidad hoy en día no está alejada para nada de lo que acontecía en aquellos años. Es triste pensar que hay tanto sufrimiento en el mundo que padecen millones de personas alrededor de él y que están estrictamente relacionadas por las decisiones de unos cuantos que solo emanan lo más negativo que pueda tener un ser humano. El odio divide y si hay odio hay conflicto, si hay conflicto no hay paz y sin paz no pueden haber millones de niños como en principito soñando y reflexionando acerca de lo que no podemos hacer cuando seamos unos “adulto razonables”; más triste es pensar aunque a pesar de la realidad actual nosotros como sociedad, nuestro mágico motor, nuestra varita mágica, nuestro mayor objetivo en la vida, sea conseguir a toda costa papeles y metales cargados con valor para poder obtener un buen outfit, el que nos dicen en la televisión que debemos usar, comprar un celular de alta gama, o si, a lo mejor y solo pagarlo en sexo. Eh tenido la oportunidad de leer la obra más de cinco veces a lo largo de mi vida, y sí, siempre hay un nuevo mensaje relacionado con mi actualidad. Yo no sé si esta obra haya sido tan magnifica para todos como para mi ahora mismo, yo también me había olvidado de ser niño, si, también me había olvidado ser feliz.

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