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Ensayo: Martes con mi viejo profesor


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2015  •  Ensayo  •  1.395 Palabras (6 Páginas)  •  523 Visitas

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Martes con mi viejo profesor

Introducción.

“Un hombre es lo que hace, con lo que hicieron de él”

-Jean-Paul Sartre.

Para mí es una de las frases más bellas que ha dicho este autor, encierra en ella una verdad sobre nuestra historia, se adapta a nosotros y nosotros a ella. Desde el nacimiento y me atrevo a decir que antes de él, nos bombardean de un sinfín de protocolos, cultura, religión, etc, que hacen de nosotros un ser receptor, al final de día; hablamos palabras ya dichas, ya escritas, ya inventadas. Sin embargo, elegiremos (o no) en un momento determinado de nuestra vida unir aquellos conocimientos adquiridos por voluntad o sin ella e inventemos, emanada de ella, nuestro propio lenguaje. Yo pienso que quizás, esa es la verdadera libertad, la libre conciencia y responsabilidad de nosotros mismos. Que la muerte sólo es un paso, necesario para nuestro cuerpo cansado y nuestra alma viajera.

Hace poco conocí el caso de una mujer que fue violada por su padre cuando era una niña de 5 años, al ser adoptada, aquella niña presentaba signos de psicopatía sexual. En la actualidad, esa mujer es la fundadora de una asociación civil que ayuda a niños que padecieron algún tipo de trauma parecido al que ella vivió.

Es para, el claro ejemplo de la libertad de esa mujer, utilizó todos aquellos traumas y dolores que le aquejaban e hizo con ellos a un bien para ella y para los demás a su alrededor.

Esta introducción aunque quizás no sea la más idónea para el lector, es el punto clave, del libro de Mitch Alborn, el rumbo que damos a nuestra vida, más allá de la muerte que tenemos latente y presente, sabemos que llegará. En nuestro mundo, inmersos en el éxito que creemos es el económico

Y es que debemos entender que no crecemos cuando las cosas son fáciles y sin esfuerzo. Que el éxito es más allá de la satisfacción por unos instantes.

Y cada palabra de la frase “vive como si fuera el último día” se ha vuelto trillada, creo que cada persona puede contarnos un suceso por el cual dicha frase cobro verdadero sentido.  No sólo una vez, ya que pasa el tiempo y aquellas palabras se van disipando con el viento, así que de nuevo nos encontramos en una situación que nos hace temblar los cimientos y deja a flote a aquel ser humano que busca la verdadera felicidad.  Compartimos ideas, aunque somos diferentes y eso no lleva a ir por distintos caminos. Qué es la felicidad, hace unos meses pensé que mi felicidad se basaba en instantes y no como un instante permanente, me dejo pensativa y preocupada.

Morrie hace preguntas a Mitch cómo has hecho algo por los demás, y creo que esa fue mi respuesta a mi preocupación anterior. Me preocupaba demasiado en mí, sin saber que en las personas que me acompañaban en el camino eran la solución, a mis complejos, a mis dolores, a mis preguntas, a mis triunfos y derrotas. En momentos cruciales sólo necesitamos ver a nuestra madre para sentirnos seguros de que saldremos victoriosos. Porque todos tenemos puntos sensibles que al ser removidos sacamos lo mejor o peor de nosotros mismos.

La enseñanza de Morrie creo yo no fue pretendida como fin último, simplemente él quería disfrutar del tiempo con el que disponía y él disfrutaba escuchando a los demás, dando palabras de aliento y sonriendo.

Yo, tomo como aprendizaje eso, la felicidad aunque subjetiva, sabemos cuándo se nos presenta, para mi es la paz y tranquilidad que puedo llegar a tener, el equilibrio. Aunque el dinero es importante, no es el fin, es la derivación de un sueño hecho realidad, remunerado. También creo en dejar huella en las personas que encontramos, no como imposición, sino como una esencia de lo que somos.

Mitch tiene preguntas específicas para su profesor, pero al finalizar la lectura, yo considero que Morrie sólo le dio su perspectiva de cómo había hecho frente y Mitch hizo el resto.

Sus creencias se fueron transformando, hasta volverse en un pilar base y concreto de lo que ahora es y puede llegar a ser el autor, Morrie dejó en él un signo de libertad.

Hablaron de la soledad, que a todos nos ha acompañado alguna vez, la que nos hace sentirnos desolados, y que nos hunde, y la que buscamos como necesaria para dar un respiro y seguir en marcha, que nos hace escuchar y responder nuestras preguntan interiores, nos calma del bullicio de la ciudad o de nuestra propia vida, en nuestros días es difícil escuchar a una mujer de 20 años esperando tener hijos y un marido inmediatamente, y después, paradójicamente encontramos estadísticas que muestran que hay muchos solteros en el mundo después de los 35 años, que no tienen esperanza de encontrar una relación sentimental, y que dicen, morirán solos. Es alarmante ya que muestra el gran conflicto que tiene la sociedad, que nada es suficiente, cuando somos jóvenes no queremos cuando somos mayores no encontramos.

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