Entre Dos Mitos
Enviado por Angel4age • 9 de Mayo de 2016 • Trabajo • 1.416 Palabras (6 Páginas) • 224 Visitas
Por: Angel Nieves
Entre dos mitos
¿Mi historia? Bueno, no sé si me vayas a creer, pero tampoco espero que lo hagas. Además creo que he vivido mucho como para no contarlo, y ahora más que sé que es poco lo que queda de vida. Ya que quieres saber ¿porque no contártela? Para ser más exacto el día en que todo cambio. Lo único que te voy a pedir es que no me hagas preguntas sobre lo que vas a escuchar. ¿Entendido?... Muy bien.
Yo solía ser una persona con una vida normal. Hasta que decidí empezar a trabajar como empleado de seguridad en una de las empresas más grandes y poderosas del país. Era un joven con poca experiencia, pero aun así me dieron el puesto de agente de seguridad. Era un novato, con suerte me permitían trabajar mis turnos durante el día por una semana de lo contrario siempre me tocaba trabajarlos en las noches y madrugadas junto a un compañero que con frecuencia se ausentaba y era yo quien cubría ambos turnos. Pero eso no es lo importante de mi historia, si no lo que sucedió una noche mientras cubría el turno de mi compañero quien ni siquiera llamo para excusarse, para avisar que no vendría a cubrir su turno.
Era una noche lluviosa, con mucho viento y muy fría. Apenas entre las nubes se podía ver el resplandor de la luna llena atraves de la lluvia. Las gotas de Agua caían sobre mi piel como pedazos de vidrio. Ya era media noche y el clima no daba indicios de mejoría. Debido a esto decidí entrar al edificio de la empresa por una puerta que siempre se mantenía abierta en la parte trasera del edificio, ya que la condición climatológica solo parecía empeorar cada vez más.
Te estoy notando un poco desinteresado en mi historia. ¿Seguro de que quieres continuar?... Bueno, entonces continuare.
Luego de haber entrado al edificio, pase unos minutos mirando la lluvia atraves de los cristales y mirando el reloj que traía puesto. No paso mucho tiempo cuando decidí dar un recorrido y explorar las facilidades del edificio, ya que no había tenido la oportunidad de pasar más allá de las oficinas de seguridad. En el camino en uno de los pasillos encontré una máquina de café, y me prepare uno debido a que el sueño cada vez se apoderaba más de mí. Sin embargo ni siquiera el café pudo mantenerme despierto. En un momento mientras el sueño y el cansancio caían sobre mis hombros y mi espalda creí haber escuchado a dos personas hablar. Pensé que era mi imaginación jugándome una broma. Y lo deje pasar. Me recosté sobre una pared vencido por el sueño. Mientras mis ojos involuntariamente se cerraban comencé a escucar los gritos de una mujer pidiendo ayuda desesperada mente. Abrí los ojos del susto y camine hasta el final del pasillo de donde parecía estar viniendo los gritos de aquella mujer. Cuando comienzo a acercarme al final del corredor se detienen los gritos de auxilio, pero nuevamente comiendo s escuchar dos personas. Note que los sonidos provenían de una sala de conferencia del extremo derecho del corredor. Me recosté sobre la pared junto a la puerta, para ver si lograba escuchar algo. Unos segundos más tarde quede aterrado por lo que acababa de escuchar. Me arme de valor y decidí abrir la puerta. No sé qué estaba pensando, talvez solo fue la adrenalina del momento quien me llevo a abrir esa puerta. En el momento que vi el escenario que se encontraba tras la puerta entre en pánico y deje caer mi vaso de café medio vacío, solo esperaba que fuese una pesadilla. Sobre la mesa de la sala había un cuerpo de una mujer sin vida y junto al cuerpo se encontraban dos hombres con un aspecto físico deferente al uno del otro pero ambos muy aterradores. Inmediatamente me miraron al abrir la puerta. Salí corriendo y uno de ellos se fue detrás de mí. A mitad del corredor mire hacia atrás y no vi a nadie, confundido me detuve respire profundo y mire hacia el frente. Comencé a sentir como mi corazón se detuvo y mi vista se nublo pero ahí estaba el mirándome fijamente mientras moría.
De repente desperté desorientado y amarrado a una silla. No tenía la menor idea de lo que estaba pasando. Pero ahí estaban ellos, el de la izquierda era muy delgado y pálido, su
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