Icono del Séptimo Arte

Icono del Séptimo Arte

Una obra de arte necesita de cuatro elementos fundamentales para ser famosa: lo que se dice, quién lo dice, cómo se dice y dónde se dice. Un icono representa un significado, un autor, una época y un lugar.

        Aunque el significado de icono es una concepcion de la cultura popular occidental y los iconos que, como colectivo compartimos son cada vez más y más variados para representar aspectos más específicos de nuestro acervo cultural, el entendimiento intuitivo de una representación es propio de cualquier ser pensante.

        Hay obras de arte que han trascendido su valor artístico, cultural e histórico, para convertirse en iconos de la cultura popular y las vemos estampadas en camisetas y tazas y protagonizando numerosas versiones y parodias (sobre todo en internet). Obras de arte intemporales como La gran ola, Las Meninas, las composiciones de Mozart, las novelas de Cervantes, son parodiadas o reinterpretadas en programas de televisión, anuncios publicitarios, series, películas, otras obras de arte.

        Cada vertiente del arte tiene sus respectivos iconos, estos son necesarios, en nuestro entorno necesitamos referentes para todo lo que vemos y hacemos.

        En el caso del cine, existen numerosos casos de obras que se convierten, o por ser buenas o malas, en un icono. Aunque el caso del séptimo arte cambia el concepto de representación masiva y lo hace más acelerado o momentáneo, en esencia es lo mismo.

        Muchos son los films que han tenido la dicha de convertirse en un símbolo cultural, y en eso influye mucho la difusión masiva que conllevan las grandes producciones, porque obvio, al final de cuentas, el cine es un negocio.

        “El Resplandor” la película de Stanley Kubrick, adaptación de la novela homónima escrita por Stephen King ha ido en un proceso de ser un icono, que, contrario a la mayoría de films destacables, ha ido en aumento y la transforman cada vez más en un hito cultural y atemporal.

        Este largometraje me resulta destacable en múltiples sentidos. Desde el punto de vista de un espectador que poco conoce de la materia cinematográfica y el género de terror, se puede entender el revuelo que esta obra causa, tanto a conocedores como aficionados y espectadores casuales. Casi nadie queda indiferente.

        La premisa principal de la película muestra a Jack Torrance (interpretado por el actor Jack Nicholson) un escritor que tiene una pequeña familia, su esposa Wendy (Shelley Duvall) y                         su pequeño hijo Dany (Dany Lloyd). Jack es introducido al film en una entrevista de trabajo, en la que llega conseguir empleo como vigilante de invierno en un hotel lujoso y aislado. Durante la entrevista se le menciona a Jack un acontecimiento que tuvo lugar con un vigilante que en el algun momento desempeñó el mismo trabajo al que él aplicaba; el vigilante anterior había asesinado a su esposa y a sus hijas debido al mencionado “síndrome de la cabaña”.

Jack, a grandes rasgos, se muestra indiferente y se muda con su familia al hotel para comenzar su labor como había sido acordado.

        Dany desde el principio de la película  dialoga con su “amigo imaginario “ Tony de manera constante, y a sus padres parece no importarles demasiado. Durante la estancia, paulatinamente y por medio de Tony, Dany empieza a percibir extrañas fuerzas o energías que residían en el hotel. Estas fuerzas logran poseer a Jack y comienza a volverse loco a tal punto en que se vuelve un ser dispuesto a asesinar a su esposa y a su hijo. Tony, quien es parte del resplandor, impide el crimen por medio de Dany y los desesperados intentos de su madre por salvar la vida de ambos.

        Esta obra parece ser planeada minuciosamente de principio a fin, y se puede confirmar investigando desde el proceso de realización previó al rodaje hasta el lanzamiento. Se presta atención al detalle, por donde se le vea. El guion, la ambientación, los aspectos sonoros, la fotografía, el reparto y demás componentes la hacen una película que justifica lo que en su mayoría son buenas críticas.

        El director y el equipo de producción no usan métodos tradicionales de películas de terror para lograr que el espectador se sienta atrapado, dentro del film, y sobre todo que sienta el terror. Es una combinación armónica de todos los elementos, en donde todo está en donde tiene que estar, donde todo pasa cuando tiene que pasar. Para una parte del sector crítico, la película es una experiencia mas enriquecedora que el libro de Stephen King, se auxilia  de caminos formalmente más simples, pero llega mucho más lejos en su terror metafórico y radical. Se dice que el film se aleja de los aspectos del libro que lo hacen más interesante, adapta la trama a sus necesidades y enfatiza los aspectos poco relevantes en la novela, haciéndo las obras diferentes entre sí. Concretamente el largometraje es brillante por los elementos que omite de la obra original, y porque se enfoca en la esencia del libro y no en sus detalles, la obra de Kubcrick crea sus propios detalles por todo lo que la cinematográfica conlleva.

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