La Naturaleza y Madre de todos

La Naturaleza y Madre de todos:

Un día papá me dijo que mi mamá se fue de viaje, uno del cual tardaría mucho volver. Habían pasado meses desde la última vez que la vi y cada día la extrañaba aún más. Y un día… justamente el día después de que cumplí años, volví a estar con ella y se lo conté a papá, quien al principio no me podía creer.

Le conté que al soplar mis velitas de cumpleaños, mi deseo fue volver a estar con ella y que ese deseo se había vuelto realidad al día siguiente y sin mentiras en mis palabras.

Le dije que mamá me visitó luego de haberme quedado dormido en el árbol de atrás. Me meció sobre las ramas de los árboles con un viento cálido y a la vez refrescante, me cantó junto a las aves que en el árbol hacían sus nidos y me llevó al jardín para recordar su aroma florar. Allí pude ver que el jardín de mamá estaba más vivo de lo que yo recordaba, su aroma también era distinto, era más dulce, más fragante y muy bueno para olvidarlo, lo suficiente como tomar una de esas flores de pétalos azules.

El sol se había ocultado y la luna no había salido. La busqué por todos lados para contarle lo que había ocurrido, pero no la encontré. En su lugar encontré el cielo negro con estrellas que brillaban, como los ojos de mi mami, negros y con brillos cuando me veían. Y fue entonces corrí donde papá para contarle y le conté todo hasta ahora, sobre la brisa, las aves, el cielo, la noche y las flores.

Cuando terminé de contarle y me fui a dormir, antes de irse puede escucharle que rosas no crecían en el jardín. Más un poco sorprendido lo pude ver, cuando aquella rosa de pétalos azul sobre mi almohada posé.

-FIN-

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