La gran Pérdida de las lenguas indígenas en Colombia
Enviado por Maria Franco • 16 de Febrero de 2017 • Ensayo • 601 Palabras (3 Páginas) • 241 Visitas
Pérdida de las lenguas indígenas en Colombia
Las lenguas habladas hoy en día en Colombia son principalmente, la lengua castellana, venida de Europa con los españoles en el siglo 16, lengua de familia románica, procedente del latín, es la lengua oficial de Colombia y es hablada por la casi totalidad de la población nacional. Aunque es una sola lengua, tiene variaciones regionales significativas como lo son: el costeño, el paisa, el pastuso, el bogotano o rolo, entre otras. Sesenta y cinco lenguas indígenas americanas de muy diverso origen, habladas por unas 400.000 personas en 22 de los 32 departamentos de Colombia, y dos lenguas criollas habladas por poblaciones de origen africano: el criollo del palenque de san Basilio cerca de Cartagena (unas 3.000 personas), el criollo de las islas de San Andrés y Providencia (unas 30.000 personas), siendo estas dos últimas lenguas, de creación más reciente. (http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/antropologia/lengua/clas2.htm).
Al analizar la información anterior, entregada por el Banco de la Republica, es interesante observar que las lenguas indígenas son habladas en Colombia por un 73,937% de la población total colombiana, (lo cual quiere decir que son lenguas habladas por más de la mitad del total de la población), sin embargo su perdida en la cultura colombiana es evidente e inminente, lo que resulta curioso y casi sin explicación teniendo en cuenta los datos anteriormente presentados. Es aquí en donde nace nuestro cuestionamiento principal y el tema fundamental a trabajar en este documento, el cual podría resumirse en la siguiente pregunta: ¿Por qué entonces sucede la desaparición tan abrupta de las lenguas indígenas en la nación?.
Para dar respuesta a la pregunta planteada es necesario remitirse al pasado, puntualmente al momento en que los españoles “descubrieron América”, pues fue a partir de ese momento, en que dos culturas totalmente diferentes chocan y posteriormente se mezclan, para dar surgimiento a una nueva, que podría decirse es por la cual nos regimos actualmente. Infortunadamente este choque de culturas, “de dos mundos”, se realizó de la forma más brutal ya que si bien el progreso tecnológico europeo era evidente, no lo era el filosófico ni aun el moral puesto que se erró en la imposición y violación cultural y religiosa de estos pueblos a más de las infinitas violencias físicas infringidas a los habitantes naturales del “nuevo mundo” con la justificación moral y filosófica de la “superioridad de la cultura europea”. La misma no tenía en cuenta el elemental derecho a existir que tiene todo pueblo, así como también a conservar sus costumbres y religión, lo que hoy en día se reconoce sagrado y se denomina como “patrimonio inmaterial de la humanidad”.
El imaginario colectivo, la forma de verse y valorarse y sus representaciones físicas de todos aquellos “manchados de la tierra” cambio para siempre, pues desde ese momento que la lengua local paso a ser sinónimo de barbarismo al tiempo se fue identificando con prácticas y costumbres civilizadas el habla, costumbres y religión foráneas. La difusion de los valores europeos en la conciencia indígena fue lento pero irreversible ya que esta era la única forma de lograr un pequeño pero perceptible reconocimiento fruto de haber logrado un “estado civilizado”, el cual a su vez representaba un pequeño ascenso social frente a sus propios congéneres de clase (que no frente a las clases blancas dominantes de origen castellano). Así pues, hemos perdido lentamente nuestras raíces y nuestro sentido de pertenencia con nuestro maravilloso entorno, casi sin darnos cuenta y como consecuencia de la acción “liberadora” aportada por la cultura y religión españolas, impuesta a la fuerza en la generalidad de los casos.
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