Literaturas orales

Facultad de Educación

Licenciatura en Pedagogía infantil

Literaturas orales

Milena Patricia Vargas Mayorga y Karen Dayana Rojas

Primer trabajo parcial

La oralidad ha sido a lo largo de la vida humana el constructo fundamental para crear conocimiento y cultura, esta no ha sido solamente desde la palabra, sino se ha constituido también a través de la escritura. De hecho, la oralidad nos ha permitido comunicar, contar, construir y ser creadores de historias, bien sea de otros o de nuestra vida personal. En este sentido, el símbolo entra a constituir las representaciones personales o sociales de algún acontecimiento o experiencia que muchas veces se ha mediado por la oralidad,  permitiendo así un cambio a través del tiempo. “El símbolo es un sentimiento hecho concepto mediado por la colectividad y, por tanto, revertido en un comportamiento” (Guerrero, 1998 como se cita en Angarita, L 2010 p. 63).

Esta articulación que se hace entre la oralidad y el símbolo está dotada de sentido, ya que el símbolo es la manifestación de lo que se ha construido culturalmente muchas veces a través de la oralidad. Es necesario tener en cuenta, que al relatar o contar una historia muchas veces se hace desde las vivencias personales y cotidianas, las cuales están llenas de verdades y ficciones. Si bien la verdad para algunas personas constituye el hecho de narrar la historia tal cual paso, no significa que sea una mentira o que la narración está catalogada como algo ficticio, como nos presenta la autora Angarita, L (2010) la verdad y la ficción son dos componentes que integran la narración y no se trata de una verdad tal cual pasaron las cosas, sino de ver la  existencia de diferentes realidades y versiones según las vivencias y experiencias personales (ficción), lo cual, no demuestra que las narraciones o las historias van a carecer de sentido o se van a constituir en algo irreal. “Tanto la verdad como la ficción son inconsciente o conscientemente el pretexto que fomenta un relato. Su búsqueda siempre será el germen de algo por decir y la frontera hacia la certidumbre creativa”. (Angarita, L. 2010. p.48)

Ciertamente cuando se habla del recuerdo se hace referencia a la capacidad que tiene la persona de darle sentido a lo que diariamente le sucede, la habilidad de crear, recrear  una visión propia del  punto de vista que se tiene o de una realidad que posiblemente se construya   como un medio que propone darle diferentes matices  a la historia vivida. Por lo anterior es importante tener en cuenta que los signos conforman el contexto y  estos a su vez se transforman  en símbolos que permiten la adquisición de diferentes significados según los intereses de las personas y es de esta manera como el símbolo es el sentimiento hecho concepto que se valora y se resignifica por medio de la mediación colectiva, teniendo como consecuencia un comportamiento que evidencia la propia experiencia. Además los símbolos   son constructores de memoria, que permiten crear identidades que se posibilitan a través de lo oral o escrito. Es  decir que la relación entre la memoria y el recuerdo es lo que va a darle sentido a la construcción de historias ya que la acumulación de recuerdos  permite la memoria y  es así cómo se adquiere la comprensión de lo que se está realizando.

...