Orgulloso de mi lengua

El ciclo pasado en mi clase, había un alumno que no era aceptado por sus compañeros porque habla lengua náhuatl y al expresarse su dicción era distinta a la de sus compañeros, esto le generaba timidez, poca participación y escasa relación con sus compañeros. Este cuento lo titule orgulloso de mi lengua.

Orgulloso de mi lengua

Era una mañana fresca y brillaba sol, cuando se escuchó a lo lejos el timbre de la hora de entrar al colegio, los niños corrían hacia su salón para recibir sus clases.

Todos estábamos muy emocionados ya que era el primer día de clases y el último año en primaria, ese día comenzó con una dinámica de presentación, pero en la última fila se encontraba un niño delgado, con aspecto pálido y un dejo de tristeza, portaba una gorra y trataba de esconderse para no participar, hasta que llego su turno, se levantó y con voz cortada dijo: - me llamo Lucio, extraño a mi abuelita, estoy aquí porque mi mamá me trajo yo era feliz en mi pueblo, porque todo es diferente, aquí en la ciudad todos me ven se ríen de como hablo; diciendo esto se sentó y oculto su rostro.

Todos guardamos silencio. Luego de unos minutos la maestra nos dijo:

-¡Vamos a darle un fuerte aplauso a su compañero Lucio! porque es muy valiente, nos compartió su sentir y habló de la persona que es muy especial para él, así como el lugar que le gusta.

 –Me gustaría que alguno de ustedes le diera un recorrido por la escuela; nos dijo entusiasmada la maestra

Rápidamente Romina, la niña más sociable se ofreció acompañar a Lucio a realizar ese recorrido. Sin embargo, a Lucio le hacía falta algo más para sentirse a gusto.

Pasaban los días y Lucio seguía triste, no le gustaba participar solamente levantaba los hombros en señal de expresión de indiferencia; trabajaba bien en matemáticas, pero si le pedían que lo explicara, solo levantaba los hombros y se sentaba.

Lucio se la pasaba sentado en el salón en la hora del recreo, un día la maestra se acercó a platicar con él, le preguntó sobre su abuelita y su pueblo a lo que él respondió:

-Allá en mi pueblo todos nos hablamos, y respetamos, al encontrarnos en la calle nos saludamos, todos nos conocemos y nos apoyamos en todo, la casa de mi sijtli es muy grande …

 - la maestra le interrumpió para preguntarle: ¿Quién es sijtli?

El respondió:

 -¡Es mi abuelita! Así se les dice.

Y continúo platicando:

 - En su casa puedo correr, andar en bicicleta,

Estaba muy amena la plática ya que la maestra estaba conociendo más a Lucio

Después de un rato, le preguntó:

-¿Por qué no participas si los resultados de tus trabajos están correctos?

Lucio contesto:

 - ¡Ah, no! maestra es que me da pena, es que dicen que hablo chistoso y a la hora de salida cuchichean y se ríen de mí, cuando trabajamos en equipos no me dejan que opinen.   

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