Post-estructuralismo

Colegio Victoria Prieto

Literatura e ldentidad

Prof. Romina González

Damaris Sarabia

Posestructuralismo y un vistazo  al nuevo orden mundial

El posestructuralismo está de acuerdo que las personas y la sociedad se rigen por un conjunto determinado de sistemas, A los autores posestructuralistas, no les molesta el término “estructura”, pero no priorizan sus explicaciones, ya que a pesar de que asumen la existencia de estructuras que se juntan unas con otras produciendo el sistema en el que los individuos se mueven, esto no quiere decir que todo se reduce en eso. El cuestionamiento, desde aquí, se dirige al “cómo se forman estas estructuras”: el mensaje, a la intervención, los efectos y los modos de participación que tiene la estructura, los actores que en ella se encuentran e interactúan, y sobre todo, la historia. “En la actualidad, se viven realidades construidas a partir de clases sociales, de segregación económica y cultural, y de la imposición de gobernantes corruptos que se enriquecen con dinero del erario público, ese destinado a la prestación de servicios básicos” (Gálvez 6). Para poder explicar y entender el concepto de posestructuralismo me centrare en una cinta cinematográfica juvenil dirigida por Gary Ross y basada en la trilogía de libros de Suzanne Collins: Los juegos del hambre.

En el mundo de Los juegos del hambre, el Capitolio (capital de lo que parecen ser los últimos rastros de la humanidad futura en alguna zona de los antiguos EEUU)  se vive una vida de riqueza y consumo extravagantes. Mientras tanto, en los “distritos”, millones de personas tienen trabajos peligrosos con salarios bajos. Mientras el Capitolio se revuelca en excesos, los distritos apenas si pueden costear alimentar a sus hijos. La situación sociopolítica de Panem puede resumirse, como bien explica Plutarch en el tercer libro, con la expresión del latín, Panem et circenses, que en política refiere aquella práctica de gobierno que consiste en mantener a la población cegada y entretenida para desviar su atención de una realidad desagradable y, en última instancia, hacerle renunciar a su derecho a participar en la política. El Capitolio saca los recursos de los doce distritos sobre los que establece su poder y su estilo de vida, mientras éstos viven sumidos en diferentes grados de pobreza, represión y miedo. El circo, por su parte, tiene lugar en las pantallas que está bajo el control estricto del gobierno, hasta tal punto que la guerra, cuando estalla, también se lleva a cabo a través de esas pantallas.

  El gobierno de Panem creó los Juegos del Hambre con el fin de recordar a las masas de la gran traición mediante la participación en una rebelión. Como castigo los doce distritos de Panem debe ofrecer al Capitolio un niño y una niña entre las edades de 12 y 18 años de ser parte de Los Juegos del Hambre. Los jóvenes deben luchar hasta la muerte en un escenario al aire libre como un Gladiador romano, se televisa en todo el país. Las reglas de los juegos reflejan el desprecio de la élite y la falta total de respeto por las masas. Sí quiero destacar algunas virtudes que se destacan en la trama: la valentía, la fraternidad, la esperanza, la audacia, el amor fiel, y los sentimientos de los personajes principales que confrontan con  violenta actitud de los que solo buscaban ser los vencedores, caiga quien caiga. En la arena tanto como en la guerra uno se enfrenta a un centenar de posibilidades que te ponen en una situación de riesgo, es decir cuando estas entre la espada y la pared solo queda seguir siendo uno mismo o rebelarse frente al sistema que lo acorrala. “No quiero que me cambien ahí fuera, que me conviertan en una especie de monstruo, porque yo no soy así” (Collins 156).

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