4 Pilares De La Educacion
Enviado por alexis123456789 • 20 de Octubre de 2013 • 4.533 Palabras (19 Páginas) • 666 Visitas
Delors, Jacques (1994). "Los cuatro pilares de la educación", en La Educación encierra
un tesoro. México: El Correo de la UNESCO, pp. 91-103.
LOS CUATRO PILARES DE LA EDUCACIÓN
El siglo XXI, que ofrecerá recursos sin precedentes tanto a la circulación y al almacenamiento
de informaciones como a la comunicación, planteará a la educación una doble exigencia que, a
primera vista, puede parecer casi contradictoria: la educación deberá transmitir, masiva y
eficazmente, un volumen cada vez mayor de conocimientos teóricos y técnicos evolutivos,
adaptados a la civilización cognoscitiva, porque son las bases de las competencias del futuro.
Simultáneamente, deberá hallar y definir orientaciones que permitan no dejarse sumergir por la
corrientes de informaciones más o menos efímeras que invaden los espacios públicos y
privados y conservar el rumbo en proyectos de desarrollo individuales y colectivos. En cierto
sentido, la educación se ve obligada a proporcionar las cartas náuticas de un mundo complejo
y en perpetua agitación y, al mismo tiempo, la brújula para poder navegar por él.
Con esas perspectivas se ha vuelto imposible, y hasta inadecuado, responder de
manera puramente cuantitativa a la insaciable demanda de educación, que entraña un bagaje
escolar cada vez más voluminoso. Es que ya no basta con que cada individuo acumule al
comienzo de su vida una reserva de conocimientos a la que podrá recurrir después sin limites.
Sobre todo, debe estar en condiciones de aprovechar y utilizar durante toda la vida cada
oportunidad que se le presente de actualizar, profundizar y enriquecer ese primer saber y de
adaptarse a un mundo en permanente cambio.
Para cumplir el conjunto de las misiones que les son propias, la educación debe
estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales que en el transcurso de la vida
serán para cada persona, en cierto sentido, los pilares del conocimiento: aprender a conocer,
es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir
sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en
todas las actividades humanas; por ultimo, aprender a ser, un proceso fundamental que recoge
elementos de los tres anteriores. Por supuesto, estas cuatro vías del saber convergen en una
sola, ya que hay entre ellas múltiples puntos de contacto, coincidencia e intercambio.
Mas, en general, la enseñanza escolar se orienta esencialmente, por no decir que de
manera exclusiva, hacia el aprender a conocer y, en menor medida, el aprender a hacer. Las
otras dos formas de aprendizajes dependen las más de las veces de circunstancias aleatorias,
cuando no se les considera una mera prolongación, de alguna manera natural, de las dos
primeras. Pues bien, la comisión estima que, en cualquier sistema de enseñanza estructurado,
cada uno de esos cuatro “pilares del conocimiento” debe recibir una atención equivalente a fin
de que la educación sea para el ser humano, en su calidad de persona y de miembro de la
sociedad, una experiencia global y que dure toda la vida en los planos cognoscitivos y practico.
Desde el comienzo de su actuación, los miembros de la Comisión fueron conscientes
de que, para hacer frente a los retos del siglo XXI, seria indispensable asignar nuevos objetivos
a la educación y, por consiguiente, modificar la idea que nos hacemos de su utilidad. Una nueva
concepción más amplia de la educación debería llevar a cada persona a descubrir, despertar e
incrementar sus posibilidades creativas, actualizando así el tesoro escondido en cada uno de
nosotros, lo cual supone trascender una visión puramente instrumental de la educación,
percibida como la vía obligada para obtener determinados resultados (experiencia práctica,
adquisición de capacidades diversas, fines de carácter económico), para considerar su función
en toda su plenitud, a saber, la realización de la persona que, toda ella, aprender a ser.
Aprender a conocer
Este tipo de aprendizaje, que tiende menos a la adquisición de conocimientos clasificados y
codificados que al dominio de los instrumentos mismos del saber, puede considerarse ala vez
medio y finalidad de la vida humana.
En cuanto a medio, consiste para cada persona en aprender a comprender el mundo
que la rodea, al menos suficientemente para vivir con dignidad, desarrollar sus capacidades
profesionales y comunicarse con los demás. Como fin, su justificación es el placer de
comprender, conocer, de descubrir.
Aunque el estudio sin aplicación inmediata este cediendo terreno frente al predomino
actual de los conocimientos útiles, la tendencia a prolongar la escolaridad e incrementar el
tiempo libre debería permitir a un numero cada vez mayor de adultos apreciar las bondades
del conocimiento y de la investigación individual. El incremento del saber, que permite
comprender mejor las múltiples facetas del propio entorno, favorece el despertar de la
curiosidad intelectual, estimula el sentido critico y permite descifrar la realidad, adquiriendo al
mismo tiempo una autonomía de juicio. Desde esa perspectiva, insistimos en ello, es
fundamental que cada niño , donde quiera que este, pueda acceder de manera adecuada al
razonamiento científico y convertirse para toda la vida en un “amigo de la ciencia” 1 en los
niveles de enseñanza secundaria y superior, la formación inicial de proporcionar a todos los
alumnos los instrumentos, conceptos y modos de referencia resultantes del progreso científico
y de los paradigmas del época.
Sin embargo, puesto que el conocimiento es múltiple e infinitamente evolutivo, resulta
cada vez más utópico pretender conocerlo todo; por ello más allá de la enseñanza básica, la
idea de un saber omnisciente es ilusoria. Al mismo tiempo, la especialización ¾incluso en el
caso de futuros investigadores¾ no debe excluir una cultura general. “En nuestros días una
mente verdaderamente formada necesita una amplia cultura general y tener la facilidad de
estudiar a fondo un pequeño numero de materias. De un extremo a otro de la enseñanza,
debemos favorecer la simultaneidad de ambas tendencias”2 pues la cultura general, apertura a
otros lenguajes y conocimientos, permite ante todo comunicar. Encerrado en su propia
ciencia, el especialista
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