Actividad. Procesamiento de un texto

Resumen:

En un patio de tierra cerrado hacia el oeste por una cerca, los cuatro hijos idiotas del matrimonio Mazzini-Ferraz se sentaban en el banco del patio todo el día. Sucios y desvalidos con notable falta de cuidado maternal, lengua entre los labios, ojos estúpidos, volviendo la cabeza con la boca completamente abierta, viendo como el sol se ocultaba detrás de la cerca al bajar. Ellos, riéndose de aquello y mirándolo con alegría bestial, como si fuera comida. Otras veces, junto al banco zumbaban horas enteras imitando al tranvía eléctrico, hacían ruidos fuertes y corrían alrededor del patio, mordiéndose la lengua y mugiendo. Aunque la mayoría del tiempo estaban sentados sin movimiento sobre su banco.

Estos cuatro habían sido el encanto de sus padres. Después de tres meses de casados, Mazzini y Berta orientaron su amor hacia tener un hijo. Cuando el hijo nació después de catorce meses de casados pensaron que su felicidad se había cumplido. El bebe creció hasta que tuvo año y medio y una noche convulsiones terribles lo sacudieron. La mañana siguiente ya no reconocía a sus padres.

Al examinarlo el doctor logró que el niño recuperara el movimiento, pero la inteligencia, el alma y hasta el instinto, se le habían ido. El bebe había quedado para siempre invalido. El padre, acompañando al medico averiguo del doctor, que la condición de su hijo tal vez era su culpa, pero que de parte de la madre había un pulmón que no soplaba bien.

El padre y la madre, con las almas destrozadas de remordimiento, intentaron nuevamente a tener un hijo. El bebe nació, y sus padre estuvieron llenos de esperanza, pero a los dieciocho meses las convulsiones se repitieron y el segundo hijo resultó invalido igual que el primero.

Otra vez los padres cayeron en desesperación creyendo que su sangre, su amor estaban malditos. Ellos pues, dejaron de pedir belleza y inteligencia, sino simplemente un hijo. Otra vez intentaron tener mas hijos, pero los siguientes dos tuvieron el mismo resultado que los dos mayores.

Mazzini y Berta tuvieron gran compasión de sus cuatro hijos y les enseñaron a deglutir, moverse y hasta sentarse, después de tiempo finalmente aprendieron a caminar pero de manera muy torpe. Los niños solo se animaban al comer o cuando veían algo brillante u oían truenos.

Con los gemelos pareció haber terminado su terrible descendencia, pero después de tres años intentaron nuevamente con la esperanza de un hijo sano.

Entre Mazzini y Berta había un ardiente anhelo que se exasperaba en razón de su infructuosidad, y se agriaron. Cada uno tomó sobre sí mismo la parte que le correspondía en la miseria de sus hijos. Pero la desesperanza le daba ganas de echarse la culpa al otro. Diciéndose el uno al otro: son tus hijos. Discutiendo mucho al paso del tiempo.

Después de cierto tiempo nació una niña y vivió dos años con sus padres preocupados que

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