Adios A Mi Escuela
Enviado por ABUNDITA • 16 de Junio de 2014 • 516 Palabras (3 Páginas) • 322 Visitas
Hace tres años, con un cúmulo de temores bajo el brazo, llegamos por vez primera a la escuela secundaria. ARMANDO CRUZ PALOMINO Ahora, ya sin aquéllos temores, pero sí con tristeza, llegó la hora de la despedida, de decir: ¡ Adiós!
Nos despedimos de nuestra escuela y atrás quedarán sus puertas cerradas.
Han sido tres años de esfuerzo y, en ocasiones, los deberes escolares fueron arduos. Pero fueron también tres años de recompensas y de satisfacciones, de amistades y recuerdos que permanecerán para siempre en el libro de nuestras vidas.
Profr. Álvaro Aparicio Bañuelos, Profra. Liselda de San Juan, Maestros, maestras. Ojalá en sus mentes y corazones sólo queden hermosos recuerdos de cada uno de los que egresamos en este día. Los momentos negativos sólo fueron travesuras de adolescentes. La mayoría de nosotros trabajamos con entusiasmo y con amor por nuestra secundaria. Es por eso que nos despedimos deseando ser un buen ejemplo para los estudiantes que se quedan y para los que ingresarán a ocupar los lugares vacantes.
COMPAÑEROS
A partir de este momento, la secundaria será un capítulo en el libro de nuestras vidas. Ahora nos enfrentaremos a un presente con nuevos desafíos.
En las turbulencias que puedan surgir en el camino, cada uno de deberá reafirmar una visión de justicia, de paz y de respeto a los derechos humanos y a las leyes que rigen nuestro país.
Por ahora, una cosa debe quedar clara: el estudio, y nada más que el estudio, será la llave que abrirá las puertas del mañana.
En un mundo cambiante como el que nos tocó vivir, la preparación es la mejor estrategia para enfrentar las crisis de un mundo incierto.
El futuro de cada uno, no está en manos del destino; y aun cuando creamos que el destino es el que baraja las cartas, somos nosotros las que las jugaremos. Lo que quiero decir, es que nadie más formará nuestro destino. Nosotros y sólo nosotros seremos los arquitectos de éste.
Nuestros padres, y maestros, han puesto los cimientos: el respeto a la dignidad de la persona; el respeto que debe empezar por nosotros mismos, y debe continuar con nuestras familias , con todos los que nos rodean y con la sociedad entera.
Aprendamos a decir sí, y aprendamos a decir no, cuando sea necesario. ¡Somos personas valiosas! ¡No permitamos que nada ni nadie desvíe nuestro camino!
Sigamos siendo buenos hijos, respetemos siempre a nuestros padres, protejamos a nuestros hermanos. Seamos personas cabales. Un hombre cabal, una mujer cabal, es una persona comprometida con su familia y con la sociedad, pero sobre todo, comprometida consigo misma.
Asumamos con entrega, con coraje y con valor la responsabilidad de empuñar el timón de nuestras vidas, que la mar nos pertenece.
COMPAÑEROS, COMPAÑERAS jamás olviden que todo lo cosechado es por la tenacidad y dedicación. Por eso el futuro es de
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