Adios Compañeros

ADIOS COMPAÑEROS

Con trémula voz y con el alma embargada de honda, emoción, maestros y alumnos decimos adiós a los jóvenes que hoy abandonan este plantel educativo para continuar con la marcha pesada que la vida nos señala.

Es un adiós amistoso, de compañeros a compañeras, de maestras y alumnas, y si es permitida la comparación, de jardineros a flores. Florecitas tiernas y fragantes que las manos apostólicas fueron brindándoles mil cuidados y que en cada mañana de asistencia a la escuela, recibían el roció bendito de la enseñanza.

Cierto es que tienen que marchar y que una vida difícil les aguarda, pero no van desarmados a lucha, llevan ya un certificado de estudios y la preparación que ustedes mismos supieron aprovechar. Con estas armas nobles que la ciencia sus maestros y la escuela le ofrecieron, su lucha en el mundo será menos pesada y sobre todo nuestra patria vera en ustedes mejores hijos y mejores ciudadanos para su progreso.

Queridos compañeros que hoy nos dejan, ojala que con el transcurso del tiempo tengamos la suerte de encontrarnos en la vida y que al estrecharnos las manos ustedes digan “maestro, lo mucho o poco que recibimos de su enseñanza, nos sirvió como base para llegar a ser profesionistas”.

¡Qué maravilloso será y que felices todos y cada uno de sus maestros nos sentiremos al saber que nuestra labor no es del todo amargada y que las mieles, a las que tengamos derecho saborear, las encontramos en la sonrisa en la mirada triunfante que nuestros alumnos manifiestan, al obtener un titulo y una simbólica satisfacción ¡

Adiós compañeros vayan a la vida y luchen, no desmayen fíjense una meta y alcáncela. Estudiando o trabajando tendrán su recompensa, y si por desgracia alguna de ustedes se siente frustrado o débil para luchar, vengan aquí, a este templo bendito del saber y sus maestros los recibirán con el consejo en los labios y con el corazón en la mano.

¡Felicidades compañeros el éxito los espera...!

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