Alain Touraine

INTRODUCCIÓN

“Los medios no tienen que rendir cuentas de sus actos a los ciudadanos. Influyen sobre la política por encima de ellos o a través de ellos. De ahí surge la paradoja para la democracia: si tratamos de controlar los medios, acabaremos con la democracia; pero si no lo hacemos, acabarán con ella los medios”

Alain Touraine

Vivir sin normas, es prácticamente imposible. Todos los seres humanos asumimos roles y estamos sujetos a comportamientos aprendidos y guiados por una serie de conductas establecidas ya sea por nuestros padres, la escuela o la sociedad misma. Así mismo todas las instituciones, entidades están regidas por reglamentos que buscan encausar los procedimientos de una manera casi sistemática, buscando el bien común y no perjudicar a nadie.

En el caso del periodismo, se cuenta con los códigos de ética que surgen a partir de la necesidad de los comunicadores de organizarse y auto regularse para no caer en prácticas “non sanctas” que atenten contra los principios sociales, morales y humanos de la sociedad en la que se desarrollan como medios de comunicación.

Sin embargo, estos decálogos de buen comportamiento periodístico no son tenidos en cuenta y, en el peor de los casos, son ignorados por inescrupulosos que, abusando del título de “Periodista” y amparados en el concepto de libertad de expresión, agreden sicológicamente a las personas víctimas que son protagonistas de sus noticias y a quienes les leen, escuchan o ven.

Este trabajo pretende muestra también un análisis elaborado por los miembros del grupo colaborativo de los principales canales de televisión colombianos RCN y CARACOL, que siendo imperios económicos, manejan también la información en este país, no de la manera parcial como se espera.

PRIMER PUNTO. CONCEPTO FRENTE A LOS CRECIENTES PERIÓDICOS DE CRÓNICA ROJA

Responde, Adriana Monje Alarcón

“Habitualmente, a la prensa no amarilla se la denomina ‘prensa seria’; no por no bromear, sino por no mentir; todos saben que debería ser al revés. Porque nadie cree, ni casi dice ya creer, que un diario pueda no mentir, o no ocultar cada día alguna verdad”.

Oscar Steimberg

La crónica roja es un estilo que ha ido en ascenso en los últimos años en nuestro país. Las páginas de los periódicos especialmente algunos de amplia circulación local, se han especializado en este tipo de información y amparados por la libertad de expresión que les otorga la Constitución Nacional, publican fotografías e imágenes crueles, degradantes de personas heridas o fallecidas en crímenes o accidentes de cualquier tipo. Y son adornadas con titulares con un tinte de humor negro, haciendo risible un acontecimiento doloroso. En la televisión nacional, aún se conserva algo de respeto y al menos advierten antes de emitir este tipo de imágenes que éstas pueden causar impacto en algunos televidentes. El papel del comunicador y de los medios, debe ser ante todo encontrar ese límite que separa el derecho a la libertad de expresión del respeto por el lector. Es una línea delgada que no debe ser atravesada bajo ninguna circunstancia, por consideración a las víctimas que reseñan estas informaciones y a sus familias. El comunicador y los medios también deben ser autocríticos, autor reguladores de su información. El rating, las ventas, la competencia entre medios no debe ser el objetivo principal de los empresas periodísticas porque cuando la comunicación se vuelve un mero negocio, es cuando se cae en estas prácticas que tristemente el consumidor las está aceptando como normales y propias del oficio.

Responde, José Wilman Londoño

La invasión de este estilo o genero periodístico ha tomado fuerza, seguramente también en otros países, sin embargo nos corresponde dar la opinión con respecto a nuestro País. Ese amarillismo como vulgarmente es también llamado, tiene sus orígenes

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