Albures y risas al mayoreo, Penelogías

Albures y risas al mayoreo, Penelogías.

Por: Francisco J. Herrera.

El Hombre en el Tiempo, obra de teatro producida y dirigida por Miguel Valles, Actores: Pedro Márquez, Edwin Castan, Tony Cruz, presentada en el teatro Dispensario del Valle.

He asistido a la obra de teatro matutina llamada  “El Hombre en el Tiempo”, esta singular obra que puede ser considerada la versión masculina de aquella que habla sobre la vagina de la mujer cuyo éxito fue reconocido ya que tiene una placa por las 600 representaciones continuas, los que presentaron la placa fueron: Luis de Alba (alias El Pirruris), Martha Ofelia Galindo ("La Maestra Canuta") y Lalo España (también conocido como Doña Margara Francisca).  En verdad es una excelente labor la que hacen los 3 actores en escena (Pedro, Edwin y Tony Cruz) por la química que tienen y la dinámica que manejan al dar esta magistral conferencia la cual es en verdad bastante fluida sin algún momento aburrido.

La idea es divertirse hablando sobre el miembro masculino y las peripecias que implica tratarlo como un tema de estudio a través de la voz de la experiencia de un ciudadano de la tercera edad, un hombre edad mediana y un adulto joven, además del apoyo de una prostituta y un homosexual. Algo interesante es el hecho de llamen explícitamente a las cosas por su nombre sin censura de ninguna especie, porque aun en la actualidad hay quienes no tienen el estómago, siendo contemporáneos nacidos en los 80's, para interpretar adecuadamente en su mente vocablos como pene, vagina, senos, glúteos, vulva, etc.

Metiéndonos en el temas más técnicos, la escenografía solo consta de 3 sillas en donde los actores se sientan para empezar la “conferencia” que se tiene, la iluminación era buena aunque hubo partes en donde la luz se enfocaba en lugares donde no está pasando nada y se queda obscuro en donde están pasando diferentes cosas, el vestuario solo constaba de un traje y hubo partes en donde un integrante de los actores se cambió con diferentes vestuarios para representar a una prostituta y un homosexual.

Es una obra apta para adolescentes y adultos por igual que sacará varias sonrisas y desinhibirá los prejuicios que imperen en la mente del espectador durante dos horas que se pasan inadvertidamente en una odisea histórica desde la edad antigua, hasta la actualidad.

Esta obra la recomiendo para todo ser humano que guste del típico humor mexicano y la desinhibición absoluta respecto a la sexualidad masculina.

P.S. Sentarse al frente implica participar con la gente del escenario.

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