Apuntes sobre la ley 779
Enviado por ivettedowns • 14 de Septiembre de 2014 • Informe • 440 Palabras (2 Páginas) • 269 Visitas
Apuntes sobre la ley 779
El problema no es la ley integral, no son las mujeres. El problema es la falta de voluntad política del Estado de hablarle claro al pueblo sobre este tipo de leyes que implican en sí un cambio radical del sistema social.
Danny Ramírez Ayérdiz | 16/5/2013
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El mes de junio del año pasado, mes en que entró en vigencia le Ley 779 “Ley Integral contra la violencia hacia las mujeres y de reformas a la Ley No. 641 “Código Penal” (en adelante “la ley 779” o “la ley integral”), marcó el inicio de una agitada y muy variada serie de reacciones sobre la justicia, pertinencia, constitucionalidad y eficacia de ella, reacciones que no hacen difícil augurar a corto plazo, el peligro que corre su objetivo de tutelar la integridad plena de las mujeres, si los detractores –algunos informados y otros que tristemente repiten lo que dicen los informados- logran la reforma sustancial que le reste eficacia o, en el peor de los casos, la lamentable -y muy comprometedora para el Estado- derogación de la ley integral.
Detractores, partidarios y desinformación
Se ha visto, en los últimos días a airados detractores y enardecidos partidarios de la ley 779, defender “a capa y espada” sus argumentos, la mayoría en contra, ilustrados estos en la emblemática e incisiva opinión del obispo de Estelí en la que ha afirmado que la ley integral representa la encarnación moderna de la mítica marca de la bestia –comparación que dice mucho sobre el compromiso de la Iglesia con los derechos humanos de las mujeres-.
La ley 779, tan liberadora para sus adeptas y sacrílega para sus censuradores, no es cualquier ley, pues en ella se establecen mecanismos que con claridad amenazan con moverle el piso y cambiar de lugar las entrañas del sistema patriarcal, tan acostumbrado a la subordinación infrahumana en todos los ámbitos y etapas de la vida –y hasta de la muerte- de las mujeres.
Para muchos, la ley es el fin de la igualdad entre hombres y mujeres. Para otros, apenas con ella se empieza ha avanzar, con pasos de bebé prematuro esperanzado, y a lograr el tan anhelado ideal de igualdad género-. Lo cierto es, que la población está nerviosa al no saber qué posición tomar ante una ley 779 que sigue siendo criticada y que, estoy tan seguro, que ocho de cada diez de sus críticos apenas han leído la ley, mínimo de lectores que favorece a un sistema que prepara a las masas a la condena perpetua de la desinformación y a acceder a unas cuantas migajas tergiversadas de la poca buena información que se logra filtrar.
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