Argumentacion
Enviado por magalirdz • 27 de Febrero de 2014 • 2.530 Palabras (11 Páginas) • 194 Visitas
Argumentación
Objetivo: El alumno conocerá, comprenderá y aplicará los elementos básicos que integran a la argumentación, para, posteriormente, analizar y evaluar argumentos en general y argumentos jurídicos.
El argumento es “cualquier conjunto de proposiciones de las cuales se dice que una se sigue de las otras, que pretenden apoyar o fundamentar su verdad.”
La inferencia es, pues, el “proceso por el cual se llega a una proposición y se afirma sobre la base de una o más proposiciones aceptadas como punto inicial del proceso.”
El argumento se clasifica en dos categorías: a) deductivos y b) inductivos.
Es menester señalar que la validez de un argumento solo puede determinarse en el caso de argumentos deductivos y no en los inductivos; esto es así en virtud de que solo los primeros tienen la “pretensión de que sus premisas proporcionan fundamentos concluyentes para su conclusión” , en tanto que los inductivos pretenden que “sus premisas proporcionen cierto apoyo a su conclusión, de tal suerte que este tipo de argumentos no pueden ser válidos o inválidos.”
Un argumento deductivo solo será válido cuando “sus premisas, de ser verdaderas, proporcionan bases concluyentes para la verdad de su conclusión. En un argumento deductivo (pero no en uno inductivo), las premisas y la conclusión están relacionadas de tal modo que es absolutamente imposible que las premisas sean verdaderas a menos que a conclusión también lo sea.”
Los argumentos, como se aprecia, son razonamientos, sin embargo, pueden existir errores de razonamiento que den lugar a falacias. Una falacia es, como tal, un error de razonamiento que torna inválido un argumento. Los argumentos presentan errores de dos maneras:
a) Suponer una proposición falsa como una de las premisas del argumento.
b) Las premisas no implican la conclusión.
Tipos de falacias:
Las falacias pueden clasificarse en falacias de atinencia y de ambigüedad, las primeras surgen cuando las premisas no son pertinentes para la conclusión y no pueden establecer de manera apropiada la verdad. Por su parte, las falacias de ambigüedad hacen que los argumentos fracasen por presentar en su formulación palabras o frases ambiguas, lo que permite un cambio en el curso del argumento obteniendo como consecuencia un sofisma, como también se les denomina.
Falacias de atinencia.
Entre ellas se encuentran:
1) Argumento ad ignorantiam o argumento por la ignorancia: Se presenta cuando se argumenta que una proposición es verdadera sobre la base de que no se ha probado su falsedad, o bien, cuando se establece que una proposición es falsa porque no se ha probado su verdad. Sobre esta base se ha construido la presunción de inocencia, y es el único caso en que es apropiada para la argumentación, siempre en ausencia de prueba en contrario.
Un ejemplo de esta falacia es el siguiente texto, que representa una crítica a la ingeniería genética:
“Si se permite al Doctor Frankenstein producir sus monstruos biológicos ¿cómo podemos estar seguros de lo que sucederá alguna vez que las pequeñas bestias escapen de su laboratorio?”
Otra falacia del mismo tipo estada dada por el siguiente ejemplo:
“Soy un santo puesto que nadie ha probado la existencia de mis pecados”.
2) Argumento ad verecundiam o apelación inapropiada a la autoridad: Esta se presenta cuando se hace una apelación a personas que no tienen credenciales legítimas de autoridad en la materia en discusión. Esto sucede porque es común y útil acudir a la opinión de expertos para resolver un problema, sin embargo, la falacia se presenta cuando no se acredita dicha calidad de experto en la materia precisa, tal y como sucedería si a Darwin se citara como experto en ética y moral, cuando sus credenciales corresponden a la materia de biología. Verbigracia:
“El Doctor Ignacio Burgoa Orihuela ha señalado que el uso del ketorolaco ha contribuido a la reducción de los dolores abdominales en un 23% gracias a la composición química del fármaco”
3) Pregunta compleja: Se presenta cuando la formulación de una pregunta supone la verdad de alguna conclusión implícita en dicha pregunta, en este caso se trata de una pregunta retórica y no busca una respuesta genuina. Verbigracia:
¿Porqué estudiar Derecho Procesal Civil es mejor que estudiar Derecho Procesal Penal?
¿Cuál de todos mis encantos me hace la mujer más hermosa de este planeta?
4) Argumento ad hominem: “Nombra un ataque falaz dirigido no contra la conclusión que uno desea negar, sino contra la persona que la afirma o defiende.” Presenta dos formas:
I. Argumento ad hominem abusivo: Surge cuando se menosprecia el carácter de los interlocutores, se niega su inteligencia o racionalidad, se cuestiona su integridad o cualquier otra situación análoga. Solo existe un contexto en el que se puede usar apropiadamente y es el correspondiente a las testimoniales.
Ejemplo:
“Usted no entiende nada del tema de las falacias dada su poca racionalidad”
Una variante de este tipo de falacia es la llamada “falacia genética”, la cual ataca la fuente o génesis de la posición opuesta, la cual por supuesto no es relevante para su verdad, tal y como sucede en el siguiente texto:
“El pensamiento neomarxista en el mundo académico es un lamentable error, en virtud de que la concepción dialéctica de Carlos Marx parte de un falso supuesto en la estructura de la sociedad al estimar que ésta es únicamente bipartita, a saber, dueños de los medios de producción y trabajadores.”
II. Argumento ad hominem circunstancial: Se basa en la irrelevancia que existe entre las creencias que se defienden y las circunstancias de sus defensores, así, encontramos que surge cuando se ataca cualquier circunstancia de la persona tal como sería su empleo, nacionalidad, color de piel, preferencia o algún otro aspecto irrelevante.
Verbigracia:
El abogado desconoce por completo el tema de los derechos humanos por que es negro y siempre han carecido de ellos, de tal suerte que es un completo ignorante”
“El Señor Lee, al ser japonés, no emite una explicación adecuada de la situación de la economía mexicana.”
Una variante de esta clasificación es la falacia tu quoque, expresión latina que
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