CANTAR DE MÍO CID
Enviado por sliders1975 • 11 de Marzo de 2013 • 497 Palabras (2 Páginas) • 728 Visitas
I.E.S. JAUME I (Ontinyent) - LENGUA Y LITERATURA CASTELLANA
1º BACHILLERATO – ACTIVIDADES DE LECTURA
CANTAR DE MIO CID – I - CANTAR DEL DESTIERRO
Esta es la actividad de lectura para trabajar el primero de los tres Cantares en que se divide el Cantar de Mio
Cid. Se trata de los mismos ejercicios que se pueden encontrar publicados en Internet pero adaptados para ser
resueltos en papel. Presta mucha atención a las ayudas que se te van suministrando y, cuando corresponda,
mucho cuidado con la ortografía.
PRIMERA PARTE
ACTIVIDAD 1.
Marca las respuestas correctas
EL CID EN BURGOS…
1. La aventura del Cantar se inicia en Vivar,
de donde se cree natural a Rodrigo Díaz, el
Cid Campeador. Allí recibe noticia de su
destierro por parte del rey Alfonso VI, que
le concede nueve días de plazo para
abandonar el reino. ¿Cuáles son los
motivos de este destierro?
a) El rey teme que el Cid le destrone.
b) El hermano del Cid, un tal Álvar
Fáñez, le tiende una trampa.
c) Un enemigo suyo hace creer al rey
que el Cid se ha quedado con unas
parias cobradas.
d) El rey considera que el Cid no es
digno de formar parte de su séquito.
e) Una de las hijas del Cid mantiene
relaciones con el rey.
2. Antes de abandonar su tierra natal,
Vivar, El Cid pide compañía y apoyo a quienes quieran seguirle, y Álvar Fáñez, su primo hermano, se hace
cargo: todos sus fieles irán con él. Llegan a Burgos el Cid y setenta caballeros con sus pendones. ¿Por qué
allí nadie les ofrece cobijo?
a) Porque el rey ha enviado por todo el reino una carta donde
prohibe toda ayuda al Cid, bajo amenaza de torturas, expropiación
de bienes e incluso de muerte.
b) Porque temen sus represalias, ya que conocen su fama de asesino
sin escrúpulos.
c) Porque el rey les ha prometido anularles la obligación de pago de
parias a cambio de no ayudar al Cid.
d) Porque es domingo, y todo el mundo sabe que en domingo no se
puede ayudar a un desterrado.
e) Porque, en el pasado, el Cid llevó a cabo un saqueo sobre la
ciudad de Burgos, y los burgaleses no se olvidan de aquel ataque
indiscriminado.
(…)
Le hospedarían con gusto,
pero ninguno osaba:
que el rey don Alfonso le tenía gran saña.
Antes de la noche en Burgos entró su carta
con gran mandamiento y fuertemente sellada
que a mío Cid Ruy Díaz que nadie le diese posada
y aquellos que se la diesen supiesen vera palabra
que perderían sus bienes y además los ojos de la cara,
y aun además los cuerpos y las almas.
Grande duelo tenían las gentes cristianas;
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