CRÍTICA DEL CUENTO LA BOINA ROJA
Enviado por lizdeba • 30 de Marzo de 2016 • Reseña • 1.234 Palabras (5 Páginas) • 9.874 Visitas
CRÍTICA DEL CUENTO LA BOINA ROJA
Rogelio Sinán, escribió este cuento de corte psicológico. La boina roja es una misteriosa historia con dos personajes principales: el doctor Paul Ecker y Linda Olsen. El contexto en el que se desarrolla es una pequeña isla llena de misticismo, en donde la principal finalidad de estar ahí es el estudio de la temporada de desove de los peces de la región.
Este cuento es parte del cubismo literario ya que la historia cuenta un mundo totalmente independiente de la realidad, donde las emociones y las ideas están desplegadas de manera consecutiva, el misticismo también forma parte esencial en el desarrollo de la misma.
Antes de comenzar a leer este cuento, me di a la tarea de investigar sobre su título, es decir, tuve un primer acercamiento con la lectura. Investigue sobre el significado del color de la boina y encontré que, en el cuerpo militar, la boina roja simboliza el valor, el atrevimiento y la intrepidez, por lo que pensé que el personaje que tenga como característica la boina tenía la probabilidad de tener, también, esas cualidades. Y con esa idea comencé mi lectura.
El inicio del cuento presentó un dialogo entre el doctor Ecker y un detective, el asunto principal era la desaparición de Linda Olsen de la playa donde se encontraban trabajando. Cuando el doctor menciono que él no asesinó a Linda y que tampoco se trataba de un suicidio, pensé que quizás pudo haber sido un accidente.
Al continuar la lectura, llegue a la parte de presentación de Linda, resultó que ella era una mujer joven, de piel blanca, racista, bonita y extrovertida, y era la dueña de la famosa boina roja y de una faldita azul marino, elemento que al doctor le pareció algo inolvidable. Hasta aquí mi primer acercamiento a la lectura estuvo hasta cierto punto acertado.
Lo que continuo, fue algo que nunca me imaginé, algo ilógico para mi mundo. El segundo encuentro entre Linda y el doctor Ecker, fue en el momento en el que él tenía un trabajo en puerta y ella le pedía ser su asistente inclusive en la isla lejana. El doctor acepto por la insistencia de ella.
Una vez en el lugar de trabajo, les mostraron la isla y tres personas que estarían al servicio del doctor: el blanco Ben Becker, el negro Joe y la vieja llamada Vudú. Con todo ello los 5 subieron a la canoa y partieron a la isla. Ahí llegaron a una casa provista con todo lo necesario para la comodidad de quienes estarían ahí. Los primeros días fueron los más encantadores, ya que tanto el doctor, su asistente y los dos chicos, se enfrascaron en la tarea de recorrer y conocer la isla de una forma científica.
En este punto de la lectura, supuse que Linda no rebasaba la edad de 20 años, ya que el doctor la describe casi como a una adolescente, puesto que ella se vio más interesada en los caracoles y los paseos con los chicos que en el trabajo científico que los ocupaba. El doctor también deja ver una especie de atracción, pero recalca que más bien la veía como si él fuera su tutor. No obstante, a mi parecer, lo que el doctor sentía por ella era una atracción genuina frenada por la ética y la moral personal del doctor.
A lo largo de la historia el doctor experimento dos fuertes seducciones, una por parte de Linda y la otra por parte del lugar. La isla representaba para él un campo de estudio completamente particular, era el espacio que le brindaba la libertad de estudio que él jamás imagino. Le gustaba todo lo que descubría de la isla, todos los rincones, le fascinaba el mar y lo que este guardaba.
Cada vez que la historia iba avanzando, los acontecimientos se despegaban más de lo lógico y daban una vasta gama de posibles explicaciones a los hechos, sin embargo, las explicaciones que el libro daba no eran las que yo me imaginaba, eran las más locas y raras que jamás me pasaron por la cabeza.
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