Capítulo IVdoña Barbara
Enviado por Elsinnombre • 21 de Febrero de 2015 • 393 Palabras (2 Páginas) • 179 Visitas
Capítulo IV. El rodeo
Sinopsis
Fieles a la cita, las dos partidas de peones, capitaneados por doña Bárbara los unos y por
Santos Luzardo los otros, se encontraron en el lugar previsto de Mata Oscura para iniciar su
rodeo. Cada caporal tenía sus instrucciones y como que la gente de doña Bárbara triplicaba, ya
sabían que debían hacer para perjudicar el trabajo previsto. Santos y su hombre Antonio
dijeron que se haría como ellos habían propuesto, se repartirían en grupos de cuatro, tres de
doña Bárbara y uno de Santos Luzardo, de esta forma prepararían mejor las bestias para ser
dirigidas.
Iba a cambiar los planes Balbino Paiba pero le cambiaron los papeles y ni doña Bárbara le
permitió continuar pensando en dirigir la operación.
Antonio lo dispuso todo y se empezó una batida en la que a los pocos momentos ya todo El
Llano era un trueno de bufidos, quejidos y gritos de los hombres. Cuando parecía que todo
estaba resuelto uno de los peones de doña Bárbara – uno de los tres hermanos Mondragón
que se llama El Onza – se apeó del caballo simulando apretarle la cincha. En este descuido
instigó a un toro bravo que abrió una brecha por donde se lanzaron a seguirle el resto de la
manada.
Resultó muerto el Mondragón y tuvieron que apretar las riendas, Santos, Antonio, Carmelito y
Pajarote, junto a dos vaqueros de El Miedo. Salieron a parar el barajuste que se organizó y
después de una carrera peligrosa, al fin hicieron derribar al toro díscolo. Lo sujetaron y lo
caparon ante la admiración de doña Bárbara que no daba crédito a la hazaña de Santos
Luzardo.
Después del éxito llanero sostuvieron un amanerado diálogo doña Bárbara y Santos en el que
aquella sonriente le dijo:
-¡Ah, llanero bellaco que es usted! y que se le habían olvidado las costumbres de su
tierra.
Doña Bárbara pensó que en su obra iba a terminar también dominando a un intelectual y bravo
llanero como le estaba saliendo Santos Luzardo.
Comentario
En este primer encuentro entre Santos Luzardo y doña Bárbara se han reunido una bravucona
y mala pécora con un hombre que iba a lo suyo y con ciertos aires de malicia y venganza. Los
sentimientos de ambos estaban bien valorados.
Ella quería y pretendía poner otra raya en la conquista de hombres. Él, Santos Luzardo,
pretendía que aquellas tierras volvieran a ser las que eran, después de haber decidido
continuar en la brecha de la defensa de Altamira y desde el momento en que olvidó su
pretensión de venderlo.
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