Casa Del Lago

Debido a lo mencionado anteriormente es que en esta ocasión decidimos concentrarnos también en la discriminación socioeconómica en Chile. Como ya sabemos nuestro país es discriminador por naturaleza siendo la discriminación por situación económica una de las más significativas y que la mayoría de las personas han sufrido en algún momento de su vida.

Desde el momento de llegar a este mundo podemos percibir esta discriminación, ya que la atención que se da en la salud pública de nuestro país comparada con la atención de salud privada deja mucho que desear, desde la infraestructura de un hospital hasta la delicadeza con la que es atendida una madre en el momento de su parto, es aquí donde nos preguntamos ¿Por qué algo que debería ser para todos los chilenos igual cambia solo con el hecho de tener un mejor ingreso económico?, aquí se produce una discriminación muy marcada, diariamente, y lamentablemente nadie dice nada al respecto.

Luego viene la etapa escolar, aquí nuevamente aparece la discriminación, en el momento de elegir una escuela, el dinero entra nuevamente en juego porque de acuerdo al ingreso económico que tenga la familia podrán elegir un colegio de calidad que eduque a sus hijos; Es aquí donde los resultados están a la vista de todos, cuando a final de año miramos en la televisión los resultados de la prueba de selección universitaria (PSU) y nos encontramos año a año con la misma noticia “los alumnos de colegios privados y particulares subvencionados lograron un mejor puntaje que un alumno de un liceo municipal” , otra vez las personas perjudicadas son las de menor ingreso económico.

La discriminación social esta marcada no tan solo por los recursos económicos que tiene cada individuo, sino que también por el lugar en donde viven, como se visten, las pertenencias de cada persona, etc.

Es aquí donde doy mi propio testimonio, por una situación que me tocó vivir de cerca, de acuerdo a lo mencionado en el párrafo anterior. “En el año 2008 decidí postular a la Escuela de Carabineros de Chile, y cuando me encontraba en el proceso de admisión junto a mas de 2.000 jóvenes fue que presencie un acto de discriminación, en un momento logre percibir de cómo se le preguntaba a cada postulante de que lugar provenían, y me encontré con la sorpresa de que a los jóvenes que vivían en lugares como los Espejo, Pudahuel, Puente Alto, y la periferia de Santiago eran rechazados prácticamente de inmediato, por ser considerados lugares conflictivos y donde viven personas de un clase social mas baja de la que requiere un joven para ingresar a esta institución[4]”.

Vivimos en un país excesivamente discriminador en donde no solo importa el dinero, sino que también el lugar de dónde vienes.

Como si lo anterior fuese poco, mientras buscaba información del tema, en un reconocido medio de prensa nacional me encontré con un anuncio de empleo en la sección de avisos en donde se refleja claramente que al momento de postular a un trabajo no solo basta tener los estudios para desempeñar la labor, sino que también pedían como requisito para postular al cargo poseer una excelente posición social, y residir en el sector oriente de Santiago. Juzguemos nosotros mismos[5].

Para finalizar debo decir que Chile es un país donde la discriminación es parte de nuestra vida cotidiana, y que nuestra gente está acostumbrada a vivirlo a lo largo de su vida, solo depende de cada persona ser mejor, de esta manera evitaremos humillaciones y malos servicios que otorgados por nuestro país, porque queda claro que no todos contamos con el dinero necesario para comprar una buena salud, educación o vivienda.

“En nuestro país la colonia extranjera más numerosa es la de argentinos siendo de un 26%, le sigue la comunidad peruana con un 21% y bolivianos con un 6%. En menor grado también existe un porcentaje de venezolanos, brasileños, colombianos, uruguayos, y paraguayos, aunque según estudios recientes la comunidad peruana ha superado a la argentina, el resto pertenece a europeos y norteamericanos en un 17%, asiáticos en 6% y en 4,2% representantes de África y Oceanía. Estas cifras corresponden al 1.2% de los inmigrantes de nuestro país siendo 184.463 en total[6]”.

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