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Cazadores De Microbios


Enviado por   •  8 de Diciembre de 2013  •  468 Palabras (2 Páginas)  •  300 Visitas

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EL PRIMER CAZADOR DE MICROBIOS

Leewenhoek fue el primero en asomarse a un mundo nuevo, poblado de millares de especies de serespequeñísimos, ningún poeta ni historiador alguno evoca la figura de Leewenhoek, porque su vida fue unalucha única, tenaz, contra las mayores dificultades. Cuando en Leeuwenhoek nació el deseo de hacerinvestigaciones, la investigación científica aún no había llegado a ser una profesión, era aquel un mundo enque la ciencia empezaba a ensayar sus primeros pasos, la ciencia que no es otra cosa sino el intento deaproximarse a la verdad mediante la observación cuidadosa y el pensar despejado, poco sabemos de la vida deLeewenhoek entre los 20 y 40 años, pero es indudable que durante esa época paso por ser un hombreignorante, no sabía hablar más que el holandés, dialecto despreciado por el mundo culto, por considerarlengua de tenderos, pescadores y cavadores de zanjas, su ignorancia fue una gran suerte para él porque aisladode toda la charlatanería docta de su tiempo, no tuvo otro guía que sus propios ojos, sus propias reflexiones ysu propio criterio. ¡Que divertido debía ser mirar a través de una lente y ver cosas de tamaño mayor a simplevista! Pero, ¿comprar lentes? ¡No seria Leewenhoek quien tal hiciera! ¡Jamás se dio hombre más desconfiado!¿Comprar lentes? ¡No; él se las fabricaría! Hoy día los investigadores compran con unos cuántos pesos unmicroscopio nuevo y reluciente, da vueltas a un tornillo micrométrico y hacen observaciones, muchos de ellossin saber ni preocuparse como esta construido el aparatos, pero en cuanto a Leewenhoek olvidando a sufamilia, sin preocuparse de sus amigos, trabajaba a altas horas de la noche, inclinado sobre sus lentesacrisoles, y él mismo decía de sus convecinos: hay que perdonarles vista su ignorancia, vivía satisfecho, notenía otro deseo que examinar con sus lentes cuanto caía en sus manos, paso horas enteras mirando la lana deoveja y los pelos de castor y liebre que de finos filamentos se trasformaban por virtud de su pedacito decristal, en troncos gruesos, diseco cuidadosamente la cabeza de una mosca, ensarto la masa encefálica en lafinísima aguja de su microscopio, miro y quedo asombrado, era Leewenhoek como un cachorro que olfateatodo lo que tiene a su alrededor sin asco, sin tino ni respeto.Nunca se habrá conocido hombre más difícil de convencer que Leewenhoek, jamás escribió palabras acercade lo que observaba, jamás hizo un dibujo hasta que después de mirar cientos de veces la misma cosa enidénticas condiciones, estaba seguro de que no había variación alguna, aun así no quedaba del todo satisfechoy solía decir: la gente que por primera vez mira por un cristal de aumento dice: ahora ve una cosa luego veotra; es que el observador más experto puede equivocarse, pero las he hecho con satisfacción sin hacer caso dequienes le preguntaban, más yo no escribo para esas gentes, escribo solamente para los filósofos.

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