Comparación del personaje de Isolda en Tristán e Isolda, la versión de Bédier y Desdémona en Otelo de Shakespeare
Enviado por Victoria Machado • 2 de Noviembre de 2022 • Trabajo • 2.666 Palabras (11 Páginas) • 93 Visitas
Centro Regional de Profesores del Centro
Literatura Universal II
Julio 2021
Primer Parcial
Docente: Nancy Grela
Estudiante: Victoria Machado
Orientación: Literatura
En esta ocasión realizaré la comparación del personaje de Isolda en Tristán e Isolda, la versión de Bédier y Desdémona en Otelo de Shakespeare.
En primer lugar, me parece oportuno presentar un breve resumen de lo sucedido a cada una de ellas.
Por un lado, Isolda, en ocasiones llamada Isolda la Rubia debido a su cabellera dorada, es descripta como “la dama que cura milagrosamente” (Tristán e Isolda, 1978, pág. 28). Ella es hija del rey de Irlanda. Por azares del destino termina bebiendo un filtro de amor con Tristán, sobrino del rey Marco, hombre con el cual ella debía casarse y Tristán conducirla a esa unión. Haber bebido el filtro no fue culpa ni de Isolda, ni de Tristán, sino del descuido de la criada de Isolda. Después de aceptar y entender que estarán unidos en cuerpo y alma debido al filtro, aun así debe casarse con el rey Marco, lo hace y desde ese punto se desencadenan una serie de situaciones que llevan a Isolda y Tristán a tener que buscar nuevas formas de estar juntos, poniendo en riesgo sus vidas, debido a que les es imposible no estar juntos a causa del mencionado filtro. Isolda muere al final, junto al lecho de muerte de Tristán.
Por otro lado, Desdémona, ella se casa con el moro Otelo a escondidas de su padre y va a donde su marido vaya siguiendo la guerra. Después de una disputa entre Otelo y su teniente Casio, este último pide a Desdémona que interceda por él para ayudarle. Pero Otelo que fue vilmente convencido por Yago de que Desdémona le era infiel, con Casio justamente, no vio en las peticiones de ella más que una confirmación de sus celos. Esto llega a tal punto, que hacia el final Otelo mata a Desdémona envenenado por los celos y las sospechas que Yago había puesto en él.
Regresando a Isolda, como se mencionó, Isolda curaba milagrosamente, ella conocía el arte de los bálsamos y filtros. Ella es una mujer bondadosa, cuando Tristán llega, herido de muerte, envenenado, ella lo salva sin saber siquiera quién es ni pedirle algo a cambio.
Y es decidida, cuando Tristán va a su reino a buscarla para llevársela como futura esposa del rey Marco, este lucha contra un dragón y resulta terriblemente herido, otro reclama para sí la victoria y con ella a Isolda, quien era el premio por vencer a la bestia y ésta, sospechando, sale en búsqueda, del que fuera el verdadero asesino del dragón. Ella sale en dicha búsqueda acompañada de su paje y de su criada, a caballo. Busca y encuentra al herido Tristán que, tal y como se menciona en el texto, “herido, pálido, hermoso como San Jorge, yacía el caballero y respiraba aún” (Tristán e Isolda, 1978, pág. 37). Después de encontrarlo, lo llevan con la madre de Isolda, que conoce también el arte de la sanación, esta lo cura y le dice que desafíe a quien reclama a Isolda y la reclame para él.
Seguido a esto, Isolda lava a Tristán y el narrador la muestra interesada en él, ella piensa “si su coraje (...) es tan grande como es de hermosa su apariencia, por cierto que mi campeón hará un buen papel en el combate” (Tristán e Isolda, 1978, p. 38). Ella desea ser de Tristán, bien puede ser porque en comparación con el otro hombre a la que la entregarían, Tristán es más bello y vigoroso, pero, aun así, ella se muestra abiertamente deseosa de que Tristán triunfe y la reclame. Incluso después de darse cuenta de que él es el asesino de su tío Morholt y ayudada por la historia que Tristán le cuenta de las golondrinas llevando su dorado cabello hasta donde él estaba, ella le perdona la vida y sigue deseando que sea él quien triunfe y la tome. Es ella quien se para frente a su padre y le dice que el hombre que asegura haber matado al dragón está mintiendo, y también le hace prometer que no castigará a Tristán por los posibles crímenes que haya cometido.
Al final de esto, cuando Tristán reconoce que ha ido a reclamarla en nombre del rey Marco y no para él, ella se ve claramente afectada por esto, ya que deseaba que fuera Tristán quien la tomara, se siente humillada y enojada ante esta mentira y el claro hecho de que la toma, pero para otro.
Considerando la época en la que está basada la obra, Isolda es una mujer decidida y con mucha presencia, ya que una mujer, aunque fuera la hija del rey, debía respetar su lugar y tener una actitud recatada, si bien ella obedece en contra de lo que desea cuando es entregada a Tristán para ser llevada a otro. Los hechos de que hubiese salido sola en búsqueda del verdadero asesino del dragón, y le hiciera frente a su padre en un lugar público, dejan ver que la presencia de Isolda era algo que se notaba, que ella hacía notar.
Desdémona también es una mujer que no sigue las reglas tal cual debería, ella se escapa de su padre y se casa con Otelo, pero esta no es la única desobediencia que ella comete, también está el hecho de que Otelo es un moro, y esto, en la sociedad que envuelve a la obra, era algo mal visto, el casarse con un moro era asegurar el fin de la descendencia pura.
Y ella es también capaz de hacer frente a los hombres de su sociedad, cuando la convocan a que declare si su amor es real o si Otelo la ha hechizado tal y como declara su padre, ella acude y habla con claridad frente a una audiencia masculina en su totalidad, ella dice así:
¡Oh noble padre! Se hallan divididos mis deberes ahora. A vos, os debo vida y educación y ambas me ordenan que por mi dueño os tenga. Vuestra hija soy yo; mas ved mi esposo y recordaros que mi madre por vos abandonaba a su padre y así también yo debo mostrar mi sumisión al dueño mío. (Otelo, 1913, pág. 18).
Si bien deja en claro que ella solo está cambiando de amo, ya que pasa de obedecer a su padre a obedecer a su esposo, que era algo normal en la época, ella lo hace libre de decidir a quién quiere como esposo. Y también, como mencioné, lo hace libre de hablar frente a los hombres presentes en ese momento, mostrando su postura clara y concisa.
Volviendo a Isolda, es ella quien toma la iniciativa en cuanto a confesar lo que sienten ella y Tristán, después de beber el filtro, intentaron, en vano, mantenerse alejados uno del otro, y resistir el fuerte deseo que los llamaba a unirse. Es Isolda la que después de llamarlo a su tienda da el primer paso, se entrega, confiesa y espera que Tristán haga lo mismo, ella “apoya una mano sobre el hombro de Tristán” (Tristán e Isolda, 1978, pág. 47) y le dice que siente amor por él, ella se aproxima y “apoya sus labios sobre los labios de Tristán y ambos quedan así, en suspenso, inmóviles” (Tristán e Isolda, 1978, pág. 47). Otra vez, considerando la época en la que se desarrolla la acción, ella no debería tomar la iniciativa en lo erótico, ni en la confesión del amor, mucho menos buscando una respuesta física por parte de Tristán. Esto, según García Pradas, deja ver que “el hombre no hará más que seguir y aceptar las imposiciones que lo femenino va planteando a lo largo del relato” (García Pradas, R., 2003, pág. 136).
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