Comunicación
Enviado por paocarrilloo • 18 de Marzo de 2013 • 8.097 Palabras (33 Páginas) • 290 Visitas
2.1.1. Aprender a hablar y escribir correctamente
EXPRESARSE Y COMUNICARSE
Expresarse mediante la palabra, verbal o escrita, es utilizar este tipo concreto de lenguaje para exteriorizar lo que se siente y lo que se piensa. No quiere esto decir que sea la palabra el único instrumento de expresión, pero para nuestros efectos hemos de referirnos siempre al lenguaje como único vehículo normal y como el más universal que existe, sobre todo después que los avances tecnológicos nos han traído los medios de interrelación con las masas, como son la radio y la televisión.
La expresión, incluso la expresión correcta, no se agota en sí misma, es decir, no es necesario expresarse bien por el solo placer que ello nos proporcione, sino que lo queremos y necesitamos para comunicarnos mejor con los demás. Como ya tendremos ocasión de advertir en el curso de esta obra, comunicarse es más complejo que expresarse. De ahí que una expresión correcta puede no producir una comunicación correcta, o dicho de otro modo, es necesaria una correcta expresión para una buena comunicación, pero no es bastante.
¿El lenguaje nació de la sociedad o la sociedad del lenguaje?
• EL LENGUAJE, MEDIO DE COMUNICACIÓN
El lenguaje —dice Rafael Seco— es el gran instrumento de comunicación de que dispone la humanidad, íntimamente te ligado a la civilización, hasta tal punto, que se ha llegado a discutir si fue el lenguaje el que nació de la sociedad, o fue la sociedad la que nació del lenguaje.
Verdad es que no todas las personas poseen el mismo caudal lingüístico, pero "no cabe duda —dice el autor citado— que las ventajas estarán de parte de aquéllas en que ese caudal sea más preciso.
Todo el mundo sabe que el que se expresa con mayor claridad y precisión, es; dueño de recursos poderosos para abrirse camino en el trato con sus semejantes. El arte de hablar o de escribir es el arte de persuadir."
"En realidad —sigue diciendo el mismo autor—, los pensamientos y los estados de ánimo son siempre algo vago e inconcreto si no se traducen en palabras, si no se hablan mentalmente. La mayoría de lo que pensamos es íntimo monólogo, y al pensar, más que manejar ideas, manejamos las etiquetas de esas ideas que son las palabras..."
• IMPORTANCIA ACTUAL DE LA COMUNICACIÓN
En un mundo en que la necesidad de la relación se manifiesta a través de todos los niveles y en las actividades más diversas, el tema de la comunicación ha adquirido extraordinario relieve.
La vida de los hombres en sociedad se puede esquematizar por la multitud de las relaciones que vincula a unos con los otros. En esa variedad de relaciones a que aludimos hay que observar dos aspectos fundamentales: saber transmitir las ideas y saber hacerse comprender por los demás.
Ese mundo moderno a que nos hemos referido, con su enorme capacidad de capacidad de comunicación masiva ha creado una “cos falta texto mente, ha influido en la vida misma de las masas, obligando, donde quiera que por cualquier circunstancia se reúnen hombres para el cumplimiento de fines determinados, a adoptar un sistema de comunicación.
• ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN
Los elementos que integran la comunicación, cualquiera que sea la naturaleza de ésta, son los siguientes:
1. Emisor: El que dirije la acción por medio de la palabra.
2. Receptor: El que responde al diálogo, lo enriquece y lo aplica.
3. Mensaje: El conjunto de ideas o tema del que se dice algo.
4. Código: Sistema de signos, señales y reglas verbales, no verbales y visuales, comunes al emisor y al receptor
5. Canal: Es el instrumento, método, técnica, estrategia o práctica que se emplea para presentar, integrar, discutir, crear, evaluar o solucionar temas comunes.
6. Contexto: Son las circunstancias históricas, culturales, éticas, científicas, recreativas o similares en las .que se da el mensaje.
7. Retroalimentación: Es la interacción pragmática entre el emisor y el receptor que permite conocer el alcance, efectividad y asimilación del conocimiento.
8. Ruido: Son los factores externos o problemas circunstanciales que afectan a los anteriores elementos.
Tan esencial es que la comunicación contenga todos estos elementos, que falta texto tancia, la causa hay que buscarla en deficiencias imputables a cualquiera de ellos.
La habilidad de quien comunica, como en el caso de los líderes o dirigentes, no consiste solamente en dar órdenes al amparo de la autoridad que se ostente, sino en poner a los destinatarios del mensaje en condiciones de aceptarlas o cumplirlas, más por la convicción y el razonamiento, que por la jerarquía de quien las emite. Para que esto se logre, es preciso controlar continuamente los elementos de comunicación, conociendo ante todo a los destinatarios de las comunicaciones transmitidas, previendo y valorando las reacciones de éstos, para estar seguros no solamente de que el mensaje será comprendido, sino que mediante él se promoverá la acción deseada.
Simplificando cuanto es posible este proceso, cabe decir que la buena comunicación supone que un emisor, empleando correctamente unas técnicas de expresión adecuadas, transmite un mensaje claro, preciso y ordenado a uno o varios receptores o destinatarios, que captan normalmente y sin necesidad de es- falta texto gracias a la acertada utilización por parte de todos de un código común, previamente seleccionado, y en virtud también del correcto funcionamiento del adecuado canal, a través del cual se ha deslizado el mensaje.
• LENGUA ESCRITA Y LENGUA HABLADA
La gramática tradicional tiende a considerar la lengua escrita como modelo para la lengua hablada y, cómo consecuencia la poética o ciencia del lenguaje literario debe ceñirse únicamente al estudio de aquellos textos escritos que se califica de clásicos o modélicos.
Mientras unas teorías consideran lengua literaria como un conjunto de desvíos más o menos semánticos respecto a la lengua hablada, otras propugnan la consideración de la lengua literaria como una variedad más o menos compleja de la lengua hablada o como modalidades peculiares del dialecto social. Para Lázaro Carreter, un planteamiento correcto de la cuestión implica la renuncia a hablar de lengua literaria o artística como de algo que puede ser definido unitariamente, de lo que se infiere que para éste autor la lengua literaria es radicalmente distinta del lenguaje coloquial o lenguaje hablado ordinario de los usuarios de un país.
La expresión escrita es más difícil que la hablada, por ser menos espontánea por carecer de los recursos de expresividad que acompañan al lenguaje hablado. Esto es así, porque al escribir, sólo disponemos de medios lingüísticos,
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