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Conocer sobre el libro “Crónica de una muerte anunciada” del escritor Gabriel García Márquez


Enviado por   •  29 de Septiembre de 2019  •  Ensayo  •  2.800 Palabras (12 Páginas)  •  211 Visitas

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OBJETIVO:

Conocer sobre el libro “Crónica de una muerte anunciada” del escritor Gabriel García Márquez.

CONTENIDO:

Crónica de una muerte anunciada relata en forma de reconstrucción casi periodística el asesinato de Santiago Nasar a manos de los gemelos Pedro y Pablo Vicario. Desde el comienzo de la narración se anuncia que Santiago Nasar va a morir: es el joven hijo de un árabe emigrado y parece ser el causante de la deshonra de Ángela, hermana de los gemelos, que ha contraído matrimonio el día anterior y ha sido rechazada por su marido. «Nunca hubo una muerte tan anunciada», declara quien rememora los hechos veintisiete años después: los vengadores, en efecto, no se cansan de proclamar sus propósitos por todo el pueblo, como si quisieran evitar el mandato del destino, pero un cúmulo de casualidades hace que quienes pueden evitar el crimen no logren intervenir o se decidan demasiado tarde. El propio Santiago Nasar se levanta esa mañana despreocupado, ajeno por completo a la muerte que le aguarda. La fatalidad domina todo el relato: el crimen es tan público que se hace inevitable. Donde se demuestra que la vida, en ocasiones, se sirve de tantas casualidades que hacen imposible convertirla en literatura.

Después de leer la obra es imposible no hablar de las casualidades, cómo muchas de las veces, se dan situaciones que parecen increíbles para que las cosas sucedan. He leído otro libro donde el autor menciona y hace alusión a que si deseas algo con todas las fuerzas, si en verdad lo deseas, el universo conspira para que suceda y puede sonar loco o exagerado, pero en muchas de las ocasiones la vida nos sorprende y puede convertir los deseos o sueños en realidad.

Puedo hablar de una situación que me ocurrió hace unos años, en 2006, cuando cursaba la preparatoria, durante los primeros semestres siempre me había llamado la atención el reparar cosas, las máquinas, la fábricas, las herramientas, por lo que en ese momento sentía que mi vocación era la de ser ingeniero, en ese entonces quería ser ingeniero mecánico, para poder reparar máquinas, usar herramientas, trabajar en la industria y cosas por el estilo, pero, por azares del destino comencé a hacer amistad con un compañero de nombre Carlos, el fue mi primer amigo y comenzamos a desarrollar una gran amistad, ya en segundo semestre, se nos unieron otros tres amigos, Juan Manuel, Alejandro y Arturo, junto a ellos tres formé una gran amistad, la cual perdura hasta estos días.

Les cuento esto porque la amistad que formé con Carlos y Juan Manuel fue un poco más cercana y la que me llevó a decidir, ya en cuarto semestre, el tomar materias para el bachillerato en ciencias químico biológicas para buscar junto con ellos el entrar a la carrera de medicina, sí, de medicina, nada que ver con ingeniería, a pesar de que mis otros dos amigos, Alejandro y Arturo, optaron por tomar el camino de la ingeniería, yo decidí aventurarme y realicé exámenes de ingreso en tres universidades, la Universidad de Guanajuato, la Universidad de Guadalajara y la UNAM, por fortuna logré mi pase a la licenciatura en médico cirujano en la Universidad de Guanajuato en el campus de León.

Ya en la carrera, las materias se me hacían muy difíciles, por más que leía y repasaba los temas, nada se me pegaba, eso se reflejó en mis calificaciones, pues en el primer módulo sobre introducción a la medicina, sólo alcancé a sacar un 7.5, una calificación muy baja, tal vez todo esto me decía que estaba siguiendo el camino equivocado, pero no me di cuenta. Llegó el segundo módulo sobre bioquímica y biología celular y el asunto se complicó aún más, tenía que leer de tres a cinco libros para poder entender los temas y ni así me iba bien en los exámenes, apenas logré pasar con 7 ese módulo y pasar al segundo semestre.

Ya en el segundo semestre, todo se derrumbó, el primer módulo de patobiología lo reprobé con 6.8, el segundo de músculo esquelético lo reprobé con 6.9 y el tercer módulo de endocrinología lo reprobé con 6.4, eran las señales que la vida me daba para salirme de ese camino, mas no las vi o no quise verlas, tal vez por miedo o por el que fueran a decir mis padres, así que, valientemente opté por realizar los extraordinarios de patobiología y músculo, los cuales apenas alcance a pasar con 7, el extra de endocrinología no lo quise hacer porque todos decían que era una oportunidad desperdiciada, así que, mejor decidí esperar un año y recursarlo en segunda oportunidad, la cual también reprobé con 6.8, ahí si dije que lo de la medicina se había terminado para mí y mis papas dijeron lo mismo pues que para qué me apoyaban si de todos modos no le echaba ganas e iba a reprobar nuevamente, así que tuve que salirme de la universidad y comenzar a trabajar.

Pude haber tomado estas situaciones como una señal de que seguía por el camino equivocado, pero nuevamente no lo hice y continué con la espinita de la medicina, a estas alturas ya me había separado de mis dos amigos, pues Carlos si aprobó endocrinología desde la primera oportunidad, mientras que Juan Manuel lo hizo en la segunda. Aún así, logré reunir dinero para regresar a la Universidad y aprovechar mi tercera oportunidad e intentar pasar endocrinología, pero no lo logré, reprobé con 6.87, aprobé los 3 exámenes pero el porcentaje sólo me alcanzó para lograr un 6.8, me faltaba sólo un 0.2, el cual debía de obtener de 1 punto que se otorga por participaciones y tareas, creí que si me los darían, ya que en las dos ocasiones anteriores me otorgaron 0.5, incluso sin tener participaciones y tareas, pero esta vez, esto no sucedió, sólo me otorgaron 0.08 de 1 posibles, la verdad cuando lo vi no lo podía creer.

Traté por todos los medios, busqué incontables veces al doctor responsable del módulo para que me ayudara con esas 12 centésimas para aprobar, incluso, antes de que publicaran las calificaciones tuve la oportunidad de enviar una tarea, la cual sólo consistía en un resumen de un artículo en inglés, pero no lo hice, si hubiera entregado ese trabajo, me hubieran otorgado un 0.3 de ese valioso punto de participación, pero no lo hice, estaba tan confiado en que pasaría sin que fuera necesario, estaba equivocado. Acudí en varias ocasiones al campus, pero no me fue posible encontrar al doctor, ya que al ser el presidente de la Asociación Mexicana de Endocrinología se encontraba en un congreso, el cual duraría una semana, después de la cual no habría nada que hacer con la calificación. Busqué a la coordinadora de la fase, pero su respuesta fue negativa, dijo que aunque tenía la autoridad suficiente para ayudarme, no lo podía hacer, ya que respetaba mucho al doctor y no podía hacer algo sin su consentimiento, con esta situación terminó mi aventura en la medicina, después de tantas señales que me

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