Cuento Corto
Enviado por valeriasandovalp • 25 de Febrero de 2014 • 467 Palabras (2 Páginas) • 590 Visitas
“Muchos años después frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”. Era el mes de octubre y llovía, se formaban lagos en Macondo, fue éste día cuando el pequeño conoció el hielo. Un pequeño de ojos grandes, cafés, tenía el pelo corto muy bien peinado, que estaba entusiasmado de ir junto con su padre José Arcadio Buendía a un lugar nuevo, según su padre: asombroso. Fue tal vez el día más importante para él coronal que ahora se encontraba totalmente devastado y solía intentar recordar con frecuencia recuerdos de su pasado, lo que era para él una tarea bastante complicada. El coronel Aureliano Buendía ya tenía unos ciento cuarenta y cinco años. Cada día solía sentarse frente a la ventana y lo único que hacía era recordar ya que dadas sus acciones en la guerra era perseguido por sus oponentes.
Todos los días veía pasar el tren frente a sus ojos, veía ochenta vagones por sr su ventana a diario. Inmediatamente entraba en él una gran desesperación, una angustia principalmente fundamentada en su imposibilidad de salir.
Fue un día como cualquier otro, cuando vio pasar el tren por última vez. El coronel había decidido afrontar con valor la situación y fue en busca de Antonia su esposa desde hace ya años atrás quien vivía sola en una casa justo en el centro de macondo. El pretendía despedirse de ella porque lo mas seguro era que cuando sus oponentes se enteraran de donde se encontraba lo condenaran e hicieran pagar por sus errores.
Así fue como sucedió, ahora él se encontraba totalmente sentenciado a morir. No se veía ningún gesto de preocupación en su cara pero lo que era cierto era que miles de recuerdos jamás recordados llegaban a su mente. Estaban a punto de dar orden para su muerte, en ese mismo instante recordó a su padre tan entusiasmado como él se encontraba, tomados de la mano y rumbo a un lugar asombroso. Las manos del coronel sudaban de emoción realizo que jamás había sentido de nuevo dicha felicidad. Llego a su mente finalmente el momento esperado y fue ahí cuando escucho el disparo en medio de su recuerdo, antes de que la bala impactara su cuerpo el coronel cayó al suelo y la bala siguió su rumbo. Cuando todos se acercaron el coronel y Aureliano Buendía ya había muerto. Decidió quedarse en medio de su recuerdo, volver a sentir el momento, ya que jamás había vuelto a sentir tales emociones. Nunca nadie logro entender porque murió antes de recibir el impacto. Era esta la única solución para ver completo su recuerdo y así como había hecho antes volver a conocer el hielo.
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