Cuento De Pinocho
Enviado por Emilio_jr10 • 9 de Marzo de 2014 • 1.370 Palabras (6 Páginas) • 345 Visitas
Hola amigos, soy Pepito Grillo y os voy a contar la historia de Pinocho.
Hace muchos años un carpintero llamado Geppetto se dedicaba en sus ratos libres a construir juguetes con los trozos de madera que le sobraban. Un día construyó una marioneta con cara de niño y dirigiéndose al muñeco le preguntó:
- ¿Te gustaría llamarte Pinocho?. Pero el pequeño muñeco no le contestó ya que era de madera.
Geppetto se acostó pensando en Pinocho y al mirar por la ventana vió una estrella muy resplandeciente, era la Estrella de los Deseos, la única capaz de satisfacer los más extraños deseos.
Geppetto ya a punto de dormirse murmuró:
- ¡Si al menos yo tuviera un verdadero niño..., un hijito mío!
Mientras Geppetto dormía, de la Estrella de los Deseos salió un Hada Azul, el Hada sonriente que vive en aquuella estrella y se dirigió a la habitación donde estaba Pinocho.
- ¡Hola muñequito de madera! -le dijo- Es a ti a quien voy a dar vida para satisfacer los deseos de Geppetto.
El Hada Azul tocó al muñequito con su varita mágica:
- ¡Despierta a la vida pequeña marioneta!.
El muñeco de madera fue cobrando vida muy despacito. Pinocho se frotó los ojos para desperezarse. Abrió la boca y exclamó:
- ¡Puedo hablar, puedo moverme!.
- ¡También puedes andar y saltar y jugar como un verdadero niño! dijo el Hada.
Entonces el Hada se dirigió a mí, si a Pepito Grillo y me dice:
- Para que Pinocho llegue un día a ser un verdadero niño necesita que tú le ayudes a distinguir lo que está bien y lo que está mal. ¿Prometes estar siempre cerca de Pinocho?.
- ¡No se si seré capaz! dije- pero creo SI que voy a ayudar a que este muñeco de madera se convierta en un verdadero niño.
El Hada Azul abandonó la habitación y desapareció en el cielo.
Cuando Geppetto se despertó vió a Pinocho bailando y gritó:
- ¡Pinocho esá vivo!, ¡El Hada Azul ha escuchado mi deseo!
Cogió a Pinocho en sus brazos y dijó:
- ¡Mi querido hijo, el hijo que siempre he deseado!
- ¡Buenos días papá!, ¡Buenos días Pepito! ¿a qué vamos a jugar hoy?- dijo Pinocho.
- Hoy -respondí- jugaremos a trabajar...Todos los niños van a la escuela y tú no vas a ser menos.
- ¿Es divertido trabajar?
- ¡Es muy divertido!
- Aquí tienes un libro para aprender a leer, le dijo Geppetto.
- El camino conduce todo recto hasta la escuela, dijo Pepito.
- Sí, Pepito, seguiré el camino todo recto.
Y yo Pepito Grillo me quedé en casa para descansar un poquito y cuando salí detrás de Pinocho ya no lo alcancé.
Entre tanto Pinocho siguió el camino de la escuela hasta que un gato salvaje llamado Gedeón y un zorro muy astuto llamado Honrado Juan al ver al muñeco de madera que andaba solo decidieron atraparlo para venderselo a un titiritero que había en el pueblo presentando un espectáculo de marionetas.
- ¿A dónde vas pequeñajo?
- Voy a la escuela.
- ¿Y para qué? Un artista genial como tú primero tiene que hacerse famoso , dijo Gedeón.
- ¡Tú no necesitas ir a la escuela!, ¡Tú eres un gran actor!, dijo Honrado Juan.
Pinocho embobado por los dos malvados, olvidó lo que había prometido a Geppetto y a Pepito Grillo, y pensó:
- Mañana puedo ir a la escuela, ¡Hoy prefiero ser actor!
Yo, Pepito Grillo, divisé a lo lejos a Pinocho, este ya estaba en el carromato del titiritero y Gedeón y Honrado Juan se habían marchado con una bolsa repleta de oro.
Pinocho actuó con otras marionetas y todo el mundo le aplaudió al ver que él se movía sin hilos.
Mientras tanto Geppetto salió en busca de Pinocho, con una linterna recorre el pueblo llamando:
- ¡Pinocho! ¡Pinocho!, ¡Buscaré a mi hijo hasta el fin del mundo!
Ya era de noche, el titiritero encerró a Pinocho en una jaula y dice:
- Mañana nos iremos de este pueblo,¡Buenas noches!
- ¡No! ¡No! ¡Yo quiero regresar al lado de mi papá!
- ¡Ahora estás en mis manos! Ja ja ja, eres mi prisionero.
Pinocho se pone a llorar y dice:
- ¡Pepito! ¡Pepito! ¡Salvame!
- Yo no puedo abrir el candado, solo el Hada Azul podría salvarte.
En ese momento el Hada Azul aparece en el carromato.
- ¿Acaso Pinocho has hecho una travesura?
- ¡Oh no señora Hada!. He
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