Cuento Nunca Digas Nunca

Nunca Digas Nunca

Había una vez una chica llamada Eliana, tenía 13 años de edad, ella vivía en un pequeño pueblo de Argentina, su más grande sueño era conocer a su ídolo, ella estaba harta de que la sociedad la criticara por sus gustos, tenía que soportar los insultos hacia su ídolo y no solamente a su ídolo sino también hacia ella, le decían que era una obsesionada que jamás podrá conocer a su ídolo, ella paso momentos difíciles pensando en que lo que decía la gente era verdad, pero aun con todas esas burlas recordó aquella frase que le seguía ayudando a salir adelante, esa frase que recuerda tras cada insulto, esa palabra que jamás olvidara, esa palabra que la hace salir adelante, esa frase que le enseño su ídolo, Esa frase “ Nunca Digas Nunca “.

Un día como cualquier otro, sonó su despertador, se levantó e hizo la misma rutina de siempre, pero ella nunca pensó que ese día sería el principio de una gran aventura. Llego a la escuela, todos la miraban, le decían los mismos insultos de siempre, pero ella ya estaba acostumbrada, entro a su salón, tomo sus clases y al terminar la escuela se dirigió a su casa. Al llegar encontró a su mama en la sala y solamente la saludo y subió a su recamara, después de unos minutos su mamá le dijo que cuando pudiera bajara a la sala porque tenía que platicar algo, Eliana bajo y empezaron a platicar sobre su gran sueño, entonces su mama tenía una sorpresa para ella. Tenía ¡entradas para ir al concierto de su ídolo en Texas!

Todo parecía un cuento, viajo en avión a un país lejano, recorrió el mismo suelo que su ídolo, todo era increíble pero apenas era el principio.

Al llegar al lugar donde se iba a presentar su ídolo, se encontró a un grupo de chicas mexicanas que tenían el mismo sueño que ella y se hizo amiga de ellas, juntas vivieron una experiencia única. CONOCIERON A SU ÍDOLO. Pero fue de una forma única. Ellas estaban caminando por la calle y vieron a los guardaespaldas de su ídolo, que estaban con una chica en silla de ruedas que se quedó encantada con unas pulseras que Eliana y sus amigas tenían. Entonces, una de las chicas, tuvo una gran idea que cambió el curso de sus vidas, le regaló su pulsera a la chica que estaba en silla de ruedas, Los guardaespaldas se miraron y dijeron: “Ustedes van a conocer a su ídolo”.

Llego el gran momento del concierto todas las chicas llorando de la emoción, gritando y muchas cosas más.

Después de toda la emoción que vivió, ella aprendió muchas cosas. Que los sueños se pueden hacer realidad, que las buenas acciones en algún momento son recompensadas y que NUNCA HAY QUE DECIR NUNCA.

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