Cuento Policiaco
Enviado por marielmariobros • 4 de Marzo de 2015 • 451 Palabras (2 Páginas) • 319 Visitas
La narrativa policíaca se inicia, curiosamente, en el seno de una de las literaturas más jóvenes del mundo: la estadounidense. Es Edgar Allan Poe quién, con sus relatos protagonizados por el detective Auguste Dupin, da comienzo al género. Incluso existe un cuento inaugural, titulado ‘Los crímenes de la calle Morgue’, que presentaba el bárbaro asesinato de dos mujeres en un apartamento de París. Desde Norteamérica, la narrativa policíaca saltó a Europa y fue tomada, entre otros, por William “Wilkie” Collins. Pero su siguiente gran hito lo constituye la irrupción del sin par Sherlock Holmes de la mano de Arthur Conan Doyle, que lo eleva a categoría de mito literario. Y, a partir de entonces, han sido muchos los cultivadores del género, entre los que no podemos dejar de citar a Ágatha Christie.
Entre éstos, uno de los más originales es el también británico Gilberth Keith Chesterton (Campdem Hill, Londres, 1874-1936) y por ello su ensayo titulado ‘Cómo escribir un cuento policíaco’ posee enorme valor, pues se trata de la opinión de un experto. Su gran creación es un detective rechoncho y de aire ingenuo que tiene la peculiaridad de ser sacerdote. Como Holmes, está inspirado en un personaje real, el padre John O’Connor, mentor espiritual y amigo de Chesterton.
Foto de un libro de G. K. Chesterton
Portada de una obra de G. K. Chesterton
Se trata del padre Brown y su aire inofensivo hace que los criminales se confíen. A diferencia de la creación de Conan Doyle, el inocente sacerdote resuelve los asesinatos mediante la intuición, basándose en su profundo conocimiento de la condición humana. Su primera aparición se produce en ‘La Cruz Azul’ y, desde entonces, protagonizará más de cincuenta novelas y cuentos que erigen a Chesterton como uno de los maestros del género.
En ‘Cómo escribir un cuento policíaco’, éste nos da las claves esenciales para crear un relato de este tipo. Según Chesterton, una obra policíaca es un juego entre el autor y el lector: el primero propone una suerte de adivinanza que debe basarse siempre en un hecho verdadero y, aunque va dejando pistas aquí y allá, trata de engañar al segundo para que no sea capaz de descifrarla. Sin embargo, la trama no puede ser demasiado difícil de seguir sino que debe tener una lógica interna que la haga comprensible.
Otro elemento fundamental que señala Chesterton es que el asesino debe estar presente a lo largo de toda la obra pero desempeñando otro papel, es decir, ser visible desde el principio para el lector pero sin que éste pueda relacionarlo con los crímenes. Y, por último, el desenlace debe aclarar toda la trama sin dejar cabos sueltos. En suma, se trata de una clase magistral sobre cómo crear un relato policíaco.
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