Cuento a un niño de la calle

Profesorado de educación primaria

Literatura

Alumna: Pedrozo Clarisa

Curso: 1° 2°

Profesora: Edilma Fernández

Año: 2019

Cuento a un niño de la calle:

El autor de este cuento Juan Solá  relata una historia donde se considera que viajar en subte es como ir a una fiesta de cumpleaños de 15 donde todos se ven obligados a ir aunque no tengan ganas.  Lo ve como una feria llena de colores, ruido, voces estridentes y alguna que otra imagen triste.

Describe una situación que él vivió acerca de la discriminación de una madre hacia los niños de la calle, como los niños de la calle gritaban vendiendo tarjetitas a la gente y pidiendo monedas, su hijo le pregunta por qué gritan y su madre le responde porque son negros y que seguramente después serán ladrones, le advierte que no debería juntarse con ellos.

El autor en ese momento siente como si le hubieran apretado el pecho y observa cómo cambia la cara del nene, compara ese cambio de mirada con el atardecer que de un momento a otro se pone oscuro. Siente que se le acelera el corazón y que su garganta esta rígida y tiene ganas de salir del subte aunque estuviera en movimiento. Ahora es él quien tiene ganas de gritar pero le pareció más virtuoso el silencio de quien sabe que nunca se humilla a alguien delante de sus hijos.

Considera que la madre tenía la posibilidad de sembrar una semilla de amor pero que prefirió perpetuar el odio, que eligió enseñar a tener miedo.

Dos cuentos de Samantha Schweblin:

El primer cuento mujeres desesperadas trata sobre dos mujeres a las cuales sus maridos la abandonaron. Una de ellas llamada Felicidad se siente muy triste y no puede dejar de llorar, su amiga Nené trata de calmarla todo el tiempo pidiéndole que ya deje de llorar que no vale la pena sufrir tanto por un hombre.

El otro cuento titulado Perdiendo Velocidad trata de un personaje de circo llamado Tego, el cual siente que está perdiendo su velocidad, que ya no es el mismo de antes cuando era más joven y solía ser como cañón que volaba.

Tego volaba a cuarenta kilómetros por hora. El circo era el cielo; yo arrastraba el cañón hasta el centro de la pista. Las luces ocultaban al público, pero escuchábamos el clamor. Las cortinas aterciopeladas se abrían y Tego aparecía con su casco plateado. Levantaba los brazos para recibir los aplausos. Su traje rojo brillaba sobre la arena.

Mientras el miraba unos huevos fritos que iba a comer , se siente muy cansado y se levanta y en ese momento se cae muerto.

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