¿Cuáles son los rasgos de la personalidad profética?
Enviado por elitababy • 4 de Octubre de 2015 • Tesis • 10.318 Palabras (42 Páginas) • 1.993 Visitas
LITERATURA PROFETICA
PROFESORA : Mª Cruz Muñoz
LUGAR : Abadía Santa María de la Oliva.
FECHA : 26-29 ABRIL
- ¿Cuáles son los rasgos de la personalidad profética?
En el AT aparecen como profetas personajes muy distintos, pero en líneas generales los rasgos llamativos de la personalidad profética son:
- E profeta es un hombre inspirado. Es decir el profeta tiene conciencia clara de ser portavoz de una palabra que lo inspira Dios. Esta palabra a veces es dura, amarga, desconcertante, la siente dentro como fuego que abrasa, desearía huir (como Jonás), pero termina imponiéndome y triunfando.
Este es el rasgo desconcertante para muchas personas.
- El profeta es un hombre público. Su deber de trasmitir la palabra de dios, le pone en contacto con los demás. Se halla en contacto directo con el mundo que lo rodea; conoce las maquinaciones de los políticos, las intenciones del rey, el descontento de los campesinos pobres, el lujo de los poderosos, la despreocupación de muchos sacerdotes.
Ningún sector le resulta indiferente porque nada es indiferente para Dios.
- El profeta es un hombre amenazado. Es la amenaza del fracaso apostólico, de gastarse en una actitud que no encuentra respuesta en los oyentes. Pero esto es lo más suave que puede ocurrirle. A veces se enfrenta a situaciones muy duras: tacharle de “loco”, “necio” (a Oseas); a Jeremías de traidor a la patria, y se llega ba la percusión, la cárcel y la muerte. Miqueas ben Yimla termina en la cárcel; Amos es expulsado del reino del norte; Zacarías es apedreado en los atrios del campo (2Cr 24, 17-22); Urías es acuchillado y echado a la fosa común (Jr 26, 20-23). Esta persecución no es solo por parte de los reyes y los poderosos, también intervienen en ella los sacerdotes y los falsos profetas e incluso el pueblo se vuelve contra ellos: los critica, los desprecia y los persigue. En el destino de los profetas, queda prefigurado el de Jesús de Nazaret.
También hay que dejar patente que la amenaza le viene también de Dios. Le cambia la orientación de su vida, le arranca de su actividad normal, como le ocurre a Amos (7.14ss), o a Eliseo (1Re 19, 19-21); le encomienda a veces un mensaje muy duro casi inhumano, teniendo en cuenta su edad, o las circunstancias en que se encuentran (4Sm 3, 1-10), más conocido, pero no podemos olvidar lo que sigue, que es la comunicación de Dios a Samuel siendo un niño (1Sm 3, 11-14).
Un ejemplo de la dureza con el que el profeta tiene que enfrentarse lo tenemos en Ez 24, 15-24: Se le anuncia un acontecimiento muy doloroso, la muerte de su esposa. Pero incluso entonces, no podrá dejarse dominar por la pena, ni cumplir los ritos fúnebres habituales. La existencia del profeta esta en todo momento al servicio de Dios, y también este hecho ser punto de partida para trasmitir el mensaje.
La profecía es un carisma. Como tal rompe todas las barreras:
- La barrera del sexo, porque también existen profetisas en Israel, como Débora (Jue 4), o Hulda (2Re 22).
- La barrera de la cultura, porque nos hace falta estudios especiales para transmitir la palabra de Dios.
- La barrera religiosa, porque no es preciso ser sacerdote para ser profeta. Podemos afirmar que gran numero eran seglares.
- Las barreras de la edad, porque dios encomienda su palabra lo mismo a jóvenes.
- ¿Qué fórmulas de expresión se repiten para indicar que se habla en nombre del señor?
Llamados por Dios.
- La barrera religiosa, porque no es preciso ser sacerdote para ser profeta. Podemos afirmar que gran número eran seglares.
- Las barreras de la edad, porque dios encomienda su palabra lo mismo a jóvenes.
- LA INSPIRACION PROFETICA
La inspiración es algo que tanto judíos como cristianos aplicamos a todos los autores públicos, pero que en los profetas adquiere especial relieve. Las expresiones: “Así dice el señor” “Esto me comunico el señor”, “Esto me hizo ver el señor”, “Oráculo del señor”, son fórmulas que se repiten hasta la saciedad en este bloque de libros.
Cuando decimos que un artista está inspirado, quizá no podemos explicar en qué consiste, pero podríamos decir que la inspiración, en este caso, es la fusión de la técnica propia del sujeto, con el espíritu que lo alimenta.
La obra de arte se produce cuando el artista “tiene algo que decir” y “sabe decirlo”.
Una obra puede estar “inspirada” aunque los recursos técnicos sean deficientes o lamentables.
Aplicándolo al terreno bíblico, debemos tener presente que la inspiración de un texto no depende de su mayor o menor técnica literaria, sino de que el autor este “alentado “por el espíritu y tenga algo que decir. El espíritu que alienta al autor es el Espíritu de Dios, y lo que debe transmitir la palabra de Dios.
Aunque el concepto de “inspiración”, lo utilizamos para todos los libros de la biblia, sus mismos autores no tienen todos la misma conciencia de que transmiten la Palabra de Dios (Eclo,)
LOS FALSOS PROFETAS
Dentro del AT podemos distinguir dos grupos de los llamados falsos profetas: el grupo de los profetas individuales extranjeros (como Baal), y el de los que pretenden en nombre de Jahvè.
Los primeros carecen de importancia en la historia del profetismo, a no ser por el influjo pernicioso que pudiera ejercer sobre el pueblo.
Pero el más grave el segundo grupo, porque fundamentalmente sus falsas promesas en una pretendida revelación del Dios verdadero.
Según Brigth los falsos profetas surgen con motivo de la persecución de la reina Jezabel, durante el s. IX a. C. Los encontramos en 1 Re 22 enfrentados a Miqueas Ben Yimla. Y de ellos nos hablan Oseas 6, 5, Isais 28, 7, Miqueas 3,5-11, Jeremías 23, 9-40; 27,29, Ezequiel (13, 2s; 14, 9.)
Edmon Jacob indica cuatro causas de la proliferación de los falsos profetas:
- El peso sociológico de la monarquía que atrae en torno a ella, personas dispuestas a defender su interés.
- La importancia concedida a la tradición, que los convierte en repetidores de ideas antiguas, sin prestar atención a Dios ni a los acontecimientos.
- El deseo de agradar al pueblo y de no enfrentarse a él.
- El deseo de triunfar y a asegurarse una forma de vida.
El problema más grave que plantea los falsos profetas no es de origen o el de la evolución del movimiento, sino el de los criterios que ayudan a distinguirlos de los verdaderos.
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