Cómo elaborar un discurso de graduación

Cómo elaborar un discurso de graduación

Dar el discurso de graduación cuando terminas la preparatoria o el bachillerato es una de las experiencias más gratificantes que puede haber, pero también es un poco intimidatoria. Tienes que dar un discurso convincente, algo conmovedor, pero sobre todo, con un tono de verdadera inspiración para que los alumnos no sólo se sientan satisfechos de su logro y reciban una despedida cálida de su escuela, sino que salgan por la puerta grande, decididos a alcanzar su máximo potencial. Es una tarea bastante compleja, pero posible de alcanzar si planeas con el suficiente tiempo los puntos que quieres tocar y haces un esquema para comunicarlos de manera efectiva.

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Pasos

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Mantén las cosas en perspectiva. El término de la preparatoria es un momento bastante emocional. Muchos de ustedes se separan sin saber si volverán a encontrarse, y abandonan la seguridad de sus aulas familiares para adentrarse en el mundo. Puede que haya unas cuantas lagrimas y una atmósfera sensible, pero es importante recordar que graduarte de la preparatoria es sólo eso: ni siquiera es una de las cosas más importantes que harás en la vida. Por eso debes evitar un dramatismo innecesario y cualquier intento de conferir un aire de grandeza que no corresponde al simple hecho de cambiar de una etapa a otra de sus vidas. Más que pensar que se trata del final de algo, debes enfocar tu discurso a resaltar todas las oportunidades que se abren ahora para su futuro, muchos comienzos emocionantes que todavía podrán variar conforme comiencen a elegir el camino de sus vidas. Encuentra temas interesantes, genuinos y acordes a la realidad de tus compañeros, en lugar de usar clichés para felicitarse por los “increíbles” logros realizados.

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Evita sonar como alguien que no eres cuando des tu discurso. Es normal que quieras empezar a construir una imagen más formal de ti mismo ahora que te diriges a la universidad y el mundo laboral, pero tendrás mucho tiempo para eso más adelante: el discurso se trata de hablarles a tus compañeros con afecto, como la persona que ellos conocieron durante toda la escuela, y no hay razón para intentar distanciarte de ellos para usar palabras y temas “elegantes”

• Cuando escribas tu discurso, sé brutalmente honesto contigo mismo. Lo único original que puedes integrar a un discurso que se da cada año por miles de graduados en todo el mundo, es la experiencia personal que realmente te ha motivado a reflexionar. Esto significa algo más sencillo: no contar anécdotas falsas, ni hablar sobre pensamientos de superación que realmente no son tuyos. Cuenta cosas muy reales, cosas que has sentido, e intenta compartir con los demás las razones por las que consideras que creciste durante la preparatoria y todo el tiempo en la escuela ha valido la pena.

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No te cierres a lo que el resto de tu clase podría pensar. Aunque te hayan elegido para escribir el discurso, debes tomar en cuenta que éste también debe reflejar los intereses y aspiraciones de todos tus compañeros. Esto significa darte un tiempo para hablar con cada uno de los que integran tu clase, en especial con aquellos a quienes realmente no tuviste oportunidad de escuchar durante la rutina usual de la prepa. Esto aumentará tu entendimiento de las circunstancias, y te abrirá los ojos para ver que si bien algunas personas tienen lágrimas en los ojos pensando que no volverán a su querida escuela, otros esperan con ansia el momento para nunca volver a poner un pie en el edificio. Tu discurso deberá integrar los diferentes sentimientos para no dejar excluidas a las diferentes maneras en que se puede vivir el final de un ciclo como es la preparatoria.

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Escribe una introducción fascinante. Tienes que dar una razón muy poderosa a los estudiantes para que te escuchen más allá de las primeras palabras, en lugar de que empiecen a imaginarse el juego de fútbol que podrían estar viendo en sus casas en ese momento. Aunque presentarte a ti mismo y explicar las razones por las que darás el discurso es lo usual, puede ser terriblemente aburrido. Usa una cita muy divertida, o profundamente reveladora, y procura transmitir un entusiasmo palpable (esto requerirá bastante confianza en ti mismo). Empieza con algo realmente decidido y agradable; ése es el primer paso para ganarte la atención del público.

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Agradece a todas las personas que han marcado una diferencia en tu vida y en la de otros compañeros: para esta parte es clave haber hablado con la mayoría de los estudiantes de tu clase, para poder incluir en los agradecimientos a todas las personas de la escuela que ayudaron a uno u otro alumno durante la preparatoria. Contar una anécdota breve y agradable, usando los nombres reales de un par de tus compañeros (que no sean tus amigos cercanos), puede ser una manera de indicar al público que estás tomando en cuenta la experiencia colectiva. Entre las personas a quienes suele agradecerse en una graduación están los directivos, el personal administrativo, los maestros, y quizá algunos trabajadores voluntarios que se hayan involucrado en actividades de la escuela.

• Si has escrito párrafos separados para cada persona a quien darás las gracias, asegúrate de que sean cortos: aunque serán muchas personas para cubrir todo el personal de la escuela con el que tus compañeros se sienten agradecidos, el público no quiere escuchar toda la historia de cada uno de los individuos mencionados.

• Siempre mantén un tono cálido y amistoso para tu discurso. Debes dar la impresión de estarte divirtiendo, de sentirte entre amigos, y para eso es clave usar un poco de humor.

• No es buena idea nombrar a ningún padre en específico durante el discurso (en especial no a los tuyos). Claro que está bien agradecer colectivamente a todas las familias por el apoyo brindado a los estudiantes, sin el cual ninguno podría estar hoy aquí, pero alabar las virtudes de individuos en particular no es el objetivo del discurso. Más tarde, cuando cada estudiante se acerque a sus padres, podrá haber un agradecimiento personal, abrazos y besos emotivos.

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Incluye recuerdos de la escuela. Aunque estás a punto de salir de ella, habla sólo sobre cosas alegres que hayan sucedido. Habla de los mejores eventos, las fiestas, las veces que se reunieron para trabajar en una buena causa. Recuerda también incluir en esta parte las experiencias que hayas escuchado

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