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DE QUE VA LA ETICA


Enviado por   •  12 de Febrero de 2013  •  5.674 Palabras (23 Páginas)  •  593 Visitas

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DE QUE VA LA ÉTICA

En este primer capítulo, Savater comienza explicando la posibilidad de carecer de ciertos conocimientos de la vida, cree que se puede vivir normalmente aún prescindiendo de ellos. Sin embargo, nos muestra que existen cosas imprescindibles en la vida, sin las que raramente podríamos vivir demasiado tiempo. Se refiere a ciertos conocimientos como pueden ser qué alimentos se pueden ingerir o que no debemos dejarnos caer por una ventana de un tercer piso. He aquí la diferencia cosas buenas y cosas malas.

Explica también en qué ocasiones lo que generalmente se considera malo pasa a no ser tan malo, incluso, en cierta manera, pasar a ser bueno. Como ejemplo principal nos habla de la mentira.

Otro tema que trata el narrador es el de la libertad. Habla de los límites que posee ésta para nosotros. Podemos decidir entre unas determinadas cosas, pero existen otras contra las que no podemos luchar, como es la muerte. También comenta el autor acerca de la libertad de los animales, que se reduce a seguir su instinto. He aquí el mérito de las buenas acciones humanas en comparación con las animales.

Cree que, en cierto modo, los humanos estamos programados. Se refiere Savater a un programa cultural que se nos es inculcado a lo largo de los años y, aunque no en todos los casos se sigue, influye en gran medida en nuestro comportamiento.

Aún así, destaca de nuevo nuestra posibilidad de escoger entre él “si” y el “no”, y es aquí donde de nuevo sale a relucir nuestra libertad. No somos libres de escoger lo que ocurrirá. Destaca también que en ningún caso el concepto de “intentar” será sinónimo de “lograr”.

CAPÍTULO 2 ÓRDENES, COSTUMBRES Y CAPRICHOS

Al igual que en el primer capítulo, recalca Fernando Savater en el tema de la libertad. Somos libres para hacer lo que prefiramos, pero esta libertad se ve limitada en numerosas ocasiones. Muchas veces se nos plantean dos dilemas de los cuales tendremos que inclinarnos por uno, aunque la verdadera preferencia sería no tener que elegir. Para ejemplificar esta cuestión, utiliza la historia de un capitán de barco. Este personaje se ve en cierta ocasión durante un trayecto, debido a una tempestad, en el dilema de salvar la mercancía que transporta, poniendo en peligro la vida de sus hombres, o bien deshacerse de la mercancía para lograr la seguridad de éstos.

Este tipo de casos nombrados anteriormente suceden porque la mayoría de las veces nos guiamos por unos determinados factores, sin decidir de veras lo que nos es más o menos conveniente. Estos factores son los siguientes:

Órdenes: Tendemos a seguirlas, pero su justificación no está demasiado clara. Puede ser por miedo a las represalias tomadas por no cumplirla, para mostrar una muestra de afecto y confianza a un ser querido o bien con el único objetivo de obtener de ello una recompensa.

Costumbres: Realmente solemos guiarnos por ellas para lograr la comodidad de la rutina, o bien por estar sometidos a una determinada presión.

Caprichos: Generalmente los llevamos a cabo porque no pensamos dos veces las repercusiones que generarán, simplemente para llevar a cabo un deseo momentáneo

Es ahora cuando el autor nos plantea la siguiente cuestión: ¿En cual de éstas situaciones una persona es más libre? Podríamos pensar que cuando se guía por un determinado capricho pero... ¿Realmente es lo que desea? Aunque deberíamos preguntarnos también lo siguiente: ¿El capitán del barco actuaría por costumbre, recibiendo una orden o simplemente para satisfacer un capricho?

CAPÍTULO 3 HAZ LO QUE QUIERAS

Respondiendo a la pregunta que cuestionaba al final del anterior capítulo, comente Savater que no todo en esta vida funciona regido por unas costumbres, órdenes o por un determinado capricho. Es aquí donde de nuevo podemos hablar de la libertad. Esta libertad de la que desde el principio hemos hablado es el poder elegir entre decir si y decir no. Cuando tomamos una decisión debemos tener en cuenta que la libertad que poseemos implica pensar las cosas dos veces antes de realizarlas, para así cerciorarnos de que es realmente conveniente o no para nosotros.

Para empezar podemos plantearnos si nos estamos guiando por costumbre, siguiendo una orden o satisfaciendo un capricho. Como generalmente esta primera pregunta nos abstenemos de realizarla ya que lo hacemos de un modo mecánico, debemos llegar a la segunda. Esta segunda cuestión sería la siguiente: En el caso de ser una orden... ¿Quién lo ordena? Lo que planeo hacer...¿Es bueno para mi? ¿Estoy entonces siendo esclavizado por alguien?

El ser una orden, una costumbre o un capricho no es justificación alguna de realizar una determinada acción. Seguirlas no es sinónimo de ser “moral”. Y tampoco el concepto “bueno” posee el mismo significado que “moral”. Para aclarar esto comenta que un futbolista puede considerarse muy bueno en su trabajo y no por ello poseer una moralidad destacable.

Dice Fernando Savater que esto sucede porque en todos los casos sabemos calificar lo que es realmente “bueno” excepto en el caso de un ser humano. ¿Sabríamos definir lo que es un hombre bueno? No será fácil puesto que no conocemos la utilidad esencial de una persona. Una moto sirve para desplazarse a gran velocidad, un futbolista tiene la tarea de marcar el mayor número de goles posible pero...¿Un ser humano? De nuevo nos vemos ante el dilema de decidir entre qué es lo bueno y qué es lo malo en esta vida.

Frente a la conclusión del capítulo, hace alusión el autor a un texto de François Rebelais en el que define la moral como el “hacer lo que quieres”. Concluye el capítulo asegurándose de no habernos escandalizado.

CAPÍTULO 4 DATE LA BUENA VIDA

Para comenzar este cuarto capítulo, Fernando Savater pretende aclarar el verdadero significado de la frase: “Haz lo que quieres”.

El hecho de hacer lo que se quiere es sinónimo de decidir mi propia vida, o lo que es lo mismo, ser libre. Claro que aquí nos encontramos ante una paradoja: El hecho de hacer lo que deseo sería cumplir la orden dada anteriormente, por lo tanto, no ser libre. Es aquí cuando debemos llegar a la conclusión de que todo en esta vida estará unido a una libertad. Aún habiendo decidido no ser libre y vivir para siempre a merced de un superior, seguiré valiéndome de mi libertad en el momento en que tomo yo mismo la decisión. Hace referencia el autor a una destacable frase del filósofo Jean - Paul Sartre: “Estamos condenados a la libertad”.

Aclara Fernando que en ningún caso se debe confundir

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