De este modo hay quienes afirman, como lo es el caso de Muñoz Molina (1993: 52-57

De este modo hay quienes afirman, como lo es el caso de Muñoz Molina (1993: 52-57), que si a los libros se les diera la importancia que se merecen y dejaran de ser vistos como objetos sin ninguna utilidad y que se les reconozca de alguna forma su surgimiento a raíz de la vida humana. Así mismo en el ámbito escolar, la literatura no debe ser concebida como herramienta para obtener cierta nota de aprobación, es más una llave al conocimiento que nos permite mirar y analizar de manera más profunda la realidad, en otras palabras los libros y la literatura son indispensables para la vida humana.

Dentro de los planes de la didáctica está que los alumnos sientan deseos y despierte en ellos el agrado hacia la lectura de textos literarios, pues no es desconocido para muchos que a través de esta misma los estudiantes irán obteniendo herramientas cognitivas que le permitan en gran medida comprender muchos de los fenómenos socioculturales que se dan en su entorno, además de permitirles desenvolverse. Pero esto solo se puede lograr siempre y cuando el profesor sea quien los incentive por medio de textos de su agrado, que le permita a él desarrollar lo que desea y a ellos aprender y crecer cada vez más, según Carter y Long.

En este mismo orden los autores anteriormente mencionados hablan de dos tipos de procesos que se llevan a cabo para desarrollar o tratar de abordar la literatura. Por un lado se tiene “conocer sobre literatura”, que consiste en ese tradicionalismo que se ha abordado desde hace tiempo, de conocer el libro, procedencia, autor, y demás ítems superficiales, mientras que por otro lado está “conocimiento de literatura”, y es este el punto al que se debe aspirar que lleguen los cursos de literatura, donde los alumnos sean capaces de relacionar las obras con el contexto real, histórico, ir más allá de lo explícito en el texto, siendo capaces de reflexionar, analizar y criticar de forma concisa.

Es claro que la literatura debe ser vista como otra forma de expresión del arte, por lo que deja expresar al hombre lo que para él es lo bello, bueno y verdadero. Ahora bien, si como docentes se es consciente de la importancia del arte como herramienta para educar, por medio de la literatura, siendo esta misma concebida como arte, es posible formar buenos sujetos un poco más humanizados. Tal y como lo afirma Kurt Spang: “no debe faltar [la literatura] en ningún nivel de formación y debería ser acompañante permanente de cada uno. Estoy convencido de que una parte de la miseria de formación y cultura que experimenta el mundo en estos momentos se debe a la falta de lecturas, sobre todo de obras literarias.” Cabe afirmar que cuando la gente es educada con bases fomentadas dese la moralidad, ya sean niños, jóvenes, adultos, ancianos, por medio de la literatura aprenderán en gran medida a comunicar sentimientos y/o pensamientos para con los demás con respecto a algún punto, además de aprender a escuchar y sobre todo vivir a partir de principios morales.

La enseñanza e importancia de la didáctica de la literatura ha sido tema tratado desde hace mucho tiempo por cantidad de autores, pedagogos, y demás personas interesadas en el estudio didáctico, y siempre ha estado el gran interrogante de ¿por qué enseñar literatura?, dentro de las posibles respuestas se ha dicho que dentro de los intereses de la didáctica de la literatura se haya el de buscar desarrollar competencias comunicativas encaminadas al acercamiento entre interlocutores o entre el texto y receptor, para así formar críticos reflexivos. Aunque hay quienes defienden que la orientación lectora debe estar encaminada a panoramas más globalizadores, dentro de los que se encuentra la competencia cultural.

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