Discurso Publico
Enviado por andreitha.hios • 6 de Octubre de 2013 • 790 Palabras (4 Páginas) • 427 Visitas
Hoy oficialmente damos por terminada nuestra enseñanza media, un proceso de enorme aprendizaje, en donde pusimos en práctica nuestros valores y crecimos en el ámbito intelectual, como también, laboral y emocional.
Es muy difícil expresar todos los sentimientos en un simple discurso, simples palabras nostálgicas que inundan este teatro como también nuestros corazones.
Parece como si hubiese sido ayer cuando éramos solamente niños impulsados nada más que por jugar y divertirse, en un mundo mucho más simple donde solo importaba jugar para no aburrirse. Aquellos tiempos fueron un diario vivir en el que todos éramos muy distintos, algunos muy reservados, otros muy inquietos, y que solo convivíamos entre juegos y deportes.
A medida que íbamos creciendo nos íbamos dando cuenta que el mundo se nos dificultaba, donde nuestros focos eran muy distintos a los de años atrás, donde nuestras responsabilidades crecían junto con nosotros, nuevas metas y logros que nos hicieron llegar invictos a la enseñanza media.
Todos recordaremos nuestro primer día de liceanos, donde nuevas y tímidas caras nos rodeaban, donde fuimos gratamente recibidos por profesores que, a pesar que algunos no nos acompañen el día de hoy, lo recordaremos eternamente.
Pasamos primero y segundo medio acomodándonos a las nuevas materias y horarios, donde nos vimos afectados por un terremoto y una movilización estudiantil culminada en la toma de nuestro liceo. A pesar de todo lo que pasó esta generación, logramos llegar a tercero medio, donde nos encontramos con otra meta a conocer, nuestra formación dual.
El llegar a una oficina hizo de nosotros unas personas más maduras, con responsabilidades de un nivel más alto que otras personas de nuestra edad. En pocas palabras, crecimos juntos, llegamos siendo unos niños y ahora pasamos la etapa de adolescencia en un camino nuevo, una educación superior.
Estamos de acuerdo que no olvidaremos a nuestros inspectores de patio, el “tío Juanito” quien nos acompañó en primero medio con sus típicos castigos y consejos, y sus infaltables juegos de madera para divertirnos cuando nos expulsaban de la sala. Nuestra querida “Tía taty” y su amor por cada uno de nosotros, la “Tía lore” y su forma de llamar la atención tan amorosa, el “tío cesar” quien, de una forma muy particular nos enseñó lo que es el cumplir y obedecer a las reglas del liceo.
Todos los días que vivimos, todas nuestras experiencias, nuestras victorias y derrotas, buenos y malos momentos, ahora son el mejor de los tesoros pero también nuestra herramienta de fortalezas que nos servirá para el mañana. Todo lo que hemos hecho hasta hoy ahora está en nuestros espíritus y en nuestros corazones, toda la gente que ha estado detrás de nosotros impulsándonos con sus silentes gritos de apoyo han hecho de que hoy seamos mejores personas, preparadas
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