Edipo en Colono
Enviado por rocgutierrez • 6 de Octubre de 2014 • Síntesis • 425 Palabras (2 Páginas) • 278 Visitas
Edipo en Colono
Sófocles
La escena en Colono, aldea cercana a Atenas.
EDIPO. -Hija de este anciano ciego, Antígona, ¿a qué región hemos llegado? ¿Qué gente habita la ciudad? ¿Quién hospedará en el día de hoy al errante Edipo, que no lleva más que pobreza? Poco, en verdad, es lo que pido y menos aún lo que traigo conmigo, y sin embargo, esto me basta. Los sufrimientos, la vejez y también mi índole propia me han enseñado a condescender con todo. Pero, hija mía, si ves algún asiento, ya sea en sitio público, ya en el bosque sagrado, párate y siéntame hasta que sepamos el lugar en que nos hallamos; pues siendo extranjeros debemos preguntar a los ciudadanos y hacer lo que nos indiquen.
ANTIGONA. -Padre mío, infortunado Edipo, las torres que defienden la ciudad se ven ahí delante, algo lejos de nosotros. Este sitio es sagrado al parecer, pues está cubierto de laureles, olivos y viñas, y muchos son los ruiseñores que dentro de él cantan melodiosamente. Reclina aquí tus miembros sobre esta rústica roca, pues has caminado más de lo que conviene a un anciano.
EDIPO. -Siéntame, pues, ten cuidado del ciego.
ANTIGONA. -Tanto tiempo lo vengo teniendo, que no necesito que me lo recuerdes.
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EDIPO. -¿Puedes decirme en qué sitio estamos?
ANTIGONA. -Sé que estamos en Atenas, pero desconozco el sitio.
EDIPO. -Eso nos han dicho todos los que hemos encontrado en el camino.
ANTÌGONA. -¿Quieres que vaya a preguntar qué sitio es éste?
EDIPO. -Sí, hija mía, y mira si es habitable.
ANTÌGONA. -Habitable lo es; y creo no tengo necesidad de alejarme, porque veo un hombre cerca de nosotros.
EDIPO. -¿Es que viene en dirección hacia aquí?
(Aparece un habitante de Colono, dando rápidos pasos.)
ANTÌGONA. -Como que ya lo tenemos delante. Pregúntale, pues, lo que deseas saber, que aquí lo tienes.
EDIPO. -Extranjero, enterado por ésta, cuyos ojos ven por ella y por mí, de que llegas, muy a propósito para informarnos de lo que necesitamos saber, y decirnos...
EXTRANJERO. -Antes de pasar adelante en tu pregunta, quítate de ese asiento. Estás en sitio que no es permitido hollar.
EDIPO. -¿Qué sitio es éste? ¿A qué deidad está consagrado?
EXTRANJERO. -Sitio santo que no se puede habitar. Es posesión de las terribles diosas, hijas de la Tierra y de la Tiniebla.
EDIPO. -¿Cuál es su venerable nombre? Dímelo, para que pueda dirigirles mi plegaria.
EXTRANJERO. -Euménides, las que todo lo ven, es el nombre que les da la gente de este país. Tienen también otros hermosos por todos conceptos.
EDIPO. -Que reciban, pues, propicias a este suplicante, para que no tenga ya que salir del asilo que me ofrece esta tierra.
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