Educacion Moral

INTRODUCCION

“Tu vientre se hizo cuna, es que es tan sagrada tu labor, que pariendo materializas el amor volviendo humano el sentimiento”

Cuando se explica el “milagro” de la fecundación, se da a conocer solo el proceso biológico, del nacimiento de un nuevo ser. A partir de ese instante comienza una historia en la que hay tres protagonistas: la madre, el padre y el feto. De su entrega y dedicación dependerá que ese niño(a) que viene tenga una vida armónica, sin traumas que en el futuro le causen dolencias durante su infancia o edad adulta.

No basta con cuidarse físicamente en el embarazo, si no que se debe trabajar también en el terreno de la intercomunicación con el hijo(a). Es decir, atender el aspecto emocional y comunicativo, la madre y feto deben mantener una conexión plena a lo largo del embarazo.

El comportamiento materno como interlocución

No cabe duda que la comunicación es el medio en que los seres humanos transmitimos nuestras ideas, vivencias, información y sentimientos. Desde pequeños usamos la comunicación (sistema de señales) para tratar de relacionarnos y aprender del medio que nos rodea. De hecho, es en la familia donde el bebé “aprehende” el lenguaje verbal y no verbal (tonos, intensidad, sensación, lejanía o cercanía, miradas) y es en la familia donde sus miembros cultivan los estilos y formas de comunicación. Cuando existe buena comunicación dentro de un grupo familiar, se aprecia un clima de unión, confianza, respeto y compañerismo.

Actualmente, la falta de diálogo en la familia es un problema muy común. La falta de tiempo tanto de los padres como de los hijos es uno de los mayores obstáculos y limitantes de la comunicación. Existen muchas situaciones que obstaculizan la comunicación para escuchar, los intereses personales sobre la familia, dentro de ellos se encuentran las largas jornadas de trabajo, la jornada escolar completa, la falta de límites en el uso de la computador, internet, la televisión o juegos electrónicos.

Otros padres que se comunican en términos autoritarios con sus hijos, utilizan gritos y amenazas ignorando sus necesidades. Asimismo, muchos padres no le dan la importancia que merecen a los problemas, sueños o requerimientos de sus hijos, subvalorándolos por la corta edad o falta de experiencia, a todo esto conlleva a una mala relación. Estoy convencido de que a través del diálogo los miembros de la familia se logran conocer mejor, se verbalizan las opiniones, sentimientos, sueños, miedos, etc.

Sin duda alguna estamos en la era de la comunicación. Una comunicación que ya empieza antes de que los bebés vengan al mundo. Los padres ya no esperan a que nazca su hijo para hablar con él. Lo hacen cuando su hijo todavía está en el útero de la madre. La comunicación es un factor que puede fortalecer la relación entre los padres y el bebé, incluso durante el embarazo. Quiénes hemos escuchado y como fundamento la lectura de Scheffer el bebé responde a toda la información que viene del exterior, sea buena o mala. Ellos aprenden antes de nacer.

El hablar con el bebé desde el vientre de su madre es una experiencia enriquecedora para todos. Las vías pueden ser infinitas, y cada padre o madre tiene su propio lenguaje o forma de comunicarse con su bebé. Algunos eligen un momento en cada día para hablar de lo alegres que están por

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