Educación Bolivariana
Enviado por armandog1988 • 29 de Abril de 2013 • 5.608 Palabras (23 Páginas) • 280 Visitas
1.- La Educación Bolivariana.
Nuestro país vive una transición histórica acogida por la sociedad al promover su transformación en paz y democracia pero afectada estructuralmente por el derrumbe de valores al que fue sometida por largo tiempo. Al prever la sustentabilidad en el proceso de formación con la participación del Estado, la familia y la sociedad, es necesario y prioritario considerar la relación integral de estos agentes que se proyectan por toda la vida escolar y humana del ciudadano. Esa relación tiene siempre su primera manifestación en el lugar (ya sea orgánico como el vientre materno, o territorial social como espacio de la casa, el barrio y la escuela, la comunidad, la región, el país hasta su escala planetaria), para crecer progresivamente con la comprensión de su condición de ciudadano que le permita responder, corresponder y participar en la creación y cambios de la sociedad en la que vive.
El ser humano en su educación, siempre está expuesto y sujeto a condicionantes internas y externas, formales y extra formales, a transposición de pensamientos, concepciones, métodos e incluso técnicas, sujeta a paradigmas que no son producto de sus propios procesos y cuya universalización ha surgido e impuesta por la fuerza de los centros en los que se han originado; es decir, sujeto a la intencionalidad de otros agentes que “planifican” su educación desde lo lejano, desde lo extraño, con transposición, ciencia prestada, al igual que de técnicas, métodos y hasta instrumentos. Al mismo tiempo, es privado de la sistematización y fuerza de lo propio, de su raíz y esencia de lo humano, para ser objeto de lo gestionario, copiado de modelos foráneos. Tal transposición ha llevado a sustituir, obviar y/o ignorar sus propios valores y baluartes del desarrollo por la noción prestada y forzada como de “innovación” que en esencia es generadora de traumas, desequilibrios, inequidad, dependencia y desidentidad.
Los niños, niñas, adolescentes y jóvenes son pasados en el sistema educativo, por estancos a los que deben adaptarse aceptando la condiciones de fragmentación, que se les impone por el sistema. Aun cuando se “administra para el estudiante”, se obvia que el ser social que se educa es uno y unidad en su propio proceso por períodos como infante, niño, adolescente, joven y adulto. Nos es fácil, para citar un ejemplo, hablar de educación básica III etapa y no de educación del adolescente y como no existe una psicología, sociología o etnografía de la III etapa, se obvia la esencia del período humano y se impone vía administrativa, el conocimiento como abstracción con la sola consideración colateral y complementaria de lo complejo y global sin la esencia del momento de vida por el que pasa o su articulación a la realidad que le corresponde o le determina condicionantes imposibles de obviar, eludir o ignorar.
La Educación debe considerarse un Continuo Humano localizado, territorial izado que atiende los procesos de enseñanza y aprendizaje como unidad compleja de naturaleza humana total e integral, correspondiendo sus niveles y modalidades a los momentos del desarrollo propio de cada edad en su estado físico, biológico, psíquico, cultural, social e histórico, en períodos sucesivos donde cada uno engloba al anterior, creando las condiciones de aptitud, vocación y aspiración a ser atendidas por el Sistema Educativo.
La concepción holísta del ser humano en desarrollo exige la articulación y continuidad curricular y pedagógica entre cada uno de los niveles del Sistema educativo, incluyendo todas las modalidades. Debe permitir el fortalecimiento de cada educando(a) como persona, el conocimiento de sus propias capacidades y competencias, su formación dentro del concepto de progresividad alimentada por los períodos de vida como continuidad que considera las condicionantes externas en lo antrópico, social, cultural y geohistórico.
El proceso educativo, tal como lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, está estrechamente vinculado al trabajo a fin de armonizar educación con las actividades productivas propias del desarrollo social local, regional y nacional a través de la orientación de niños, niñas, adolescentes y jóvenes; formándolos (as) en, por y para el trabajo creador y productivo con visión dignificadora de lo humano, que permita satisfacer necesidades básicas, contribuir al desarrollo regional y por ende al nacional como formación permanente.
Es imposible hablar hoy de Pedagogía Crítica y Construcción de una Pedagogía Bolivariana, sin considerar esta concepción que alimenta las condicionantes internas y externas del proceso y las dominantes específicas correspondientes en cada período de vida del ciudadano en su lugar de vida y acción.
Desde esta concepción humana, integral y progresiva de la educación el inicio de la enseñanza – aprendizaje es en el vientre materno, pasando luego del nacimiento, en lo formal e informal por períodos sucesivos, que en síntesis progresivas elevadas, cada una contiene a las anteriores determinando un proceso que alimenta la continuidad como fundamento de la esperanza de vida escolar. Los estancos y fragmentos del sistema educativo heredado crean barreras progresivas que convierten a cada intercepción de nivel en nodos críticos que afectan a los niños y niñas que ingresan al sistema; destacan entre ellas las de 1° grado por la ruptura entre el preescolar y el escolar, la de cambio en el 4° grado, o la ruptura del 6° para 7° cuando se inicia el período de adolescencia, y los efectos del 9° y 1° diversificado en los jóvenes.
Esa estructura convierte a millones en contingentes elevados de excluidos y lo peor, los hace culpables de su “fracaso”.
Aun cuando la estructura que define al proceso educativo venezolano estuvo muy arraigada y marcada por el paradigma fragmentario, cognitivista y dominado por la desviación objetivista, hoy el gobierno revolucionario presenta propuestas centradas en lo humano como lo establece la Constitución para resolver tremenda deuda social. Al establecer la existencia de una educación maternal como nivel en el que se inicia la obligatoriedad y gratuidad, abre la perspectiva de una organización fundamentada en las condicionantes de vida, afectividad, relación y esencia integral; por ello, los conocidos niveles fragmentarios de preescolar, educación básica I, II y III etapas y de educación diversificada deben ser concebido y definidos dentro de esta concepción humana como: educación inicial (maternal y preescolar); educación del niño; educación del adolescente, educación del joven, educación del adulto, articulados coherentemente por ejes que se profundizan y derivan en otros que abarcan la complejidad del proceso educativo avenido a estos períodos de vida. Es esta la determinante
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