El Alebrije Dorado

“EL ALEBRIJE DORADO”

Aunque no lo creas en estos tiempos aún hay alebrijes por doquier. Ocultándose entre edificios, árboles, los autos y hasta en las tazas de té. ¡Hay alebrijes por montones detrás de la luna y entre grises nubes!

Y todos están esperando ser descubiertos por almas valientes, almas guerreras, almas indomables de soñadores incurables que no temen ser originales y que luchan contra viento y marea, contra gente de poca fe y de mentes, corazones cerrados y de piedra que en nada pueden creer.

¡Hay alebrijes por montones esperando en línea para tomar un tren, también están en restaurantes, en los libros, en grafittis e incluso entre las sobras de la cena de ayer!

Ellos quieren ser encontrados por ojitos entrenados que sepan dónde buscar por su increíble poder; los alebrijes sólo ansían regalarte su magia, valentía, fuerza, coraje y sabiduría para que nunca temas recorrer un camino aunque te digan que no se puede, que no es posible, que es cosa de locos, que pienses como todos los demás y hagas lo que te dicen porque no hay nada más que hacer…

Los alebrijes saben que los espíritus listos, libres y temerarios pueden abrir caminos donde no los hay, pueden hacer posible lo imposible y cada sueño que tengan será real.

¡Hay alebrijes por montones! Encuéntralos y recibe su poder, conviértete en alebrije milenario, poderoso, imponente, invencible, uno gigante de alas imbatibles y escamas que te protejan contra cualquier mal y contra toda oscuridad; porque al ser un alebrije no habrá obstáculo que no puedas rebasar y tu vuelo y tu rugir resonará más allá de las estrellas y en la eternidad para que otros alebrijes vengan a ti y juntos derroten toda adversidad.

Hace muchos años, vivía a la orilla del mar un pobre pescador su vida era solitaria y su única compañía eran las gaviotas que para él no significaban mucho sin embargo resultaba mejor que la compañía de su mujer porque ella siempre lo esperaba a la orilla de la playa; sin importar que al pescador le iba bien o mal su esposa siempre encontraba motivo para quejarse aunque el regresaba con la canasta llena de pescado ella siempre se negaba a ser feliz.

Su esposa le dijo -hay en que te has convertido me case contigo porque dijiste que pronto tendríamos muchos botes de pesca y mírate solo tienes un botecito que solo te alcanza para una canastita hay no que voy hacer contigo-. Y le pego con su sartén.

El respondió -Espérate cálmate.

Ella le dijo-Mi madre me lo decía no te cases con ese holgazán.

El respondió -Amor espérate, Amor cálmate-. Y así trascurría su vida.

El día siguiente el pescador le dijo -mujer voy a buscar algo más en el mar ahorita regreso.

Tanto en verano como en invierno lo que más le gustaba al pescador era pasar el día sentado en su pequeño bote y

Dijo -ahhh que tranquilidad ojala pudiera vivir así-

Aquella vez todo era normal lucia como siempre pero de pronto un extraño temblor empezó a sacudir el bote.

Y dijo el pescador – que está pasando, ahí nanita, que hay adentro-.

Poco a poco del mar empezó a emerger un enorme alebrije el pescador se maravilló al verlo, casi cae al mar al verlo de la impresión, sobre todo porque el alebrije llevaba una cadena que lo sujetaba al fondo del mar

y dijo – wooo una criatura tan hermosa nunca había visto algo tan hermoso. Cuando el alebrije empezó hablar se fue tranquilizando

y le dijo el alebrije - buen pescador no te asuste no te hare daño sé que tú puedes ayudarme-

y cuando escucho su voz se tranquilizó aún más el pescador y el alebrije le conto que desde hacía muchos años quedo condenado a vivir mucho tiempo bajo del mar pero que si él lo liberaba le concedería todo lo que quisiera tener.

El alebrije le dijo -no huyas tu mereces algo más que una buena historia que contarte repito yo puedo concederte todo lo que quisieras-

Al pescador le resulto bastante tentadora la propuesta sin embargo el alebrije le advirtió que tuviera cuidado que aquel que pidiera más de lo que merecía se quedaba sin nada, después de pensarlo un poco el pescador accedió, libero al alebrije y lo primero que hizo fue pedirle un par de remos nuevos la nobleza del alebrije se demostró de inmediato pues en vez de huir cumplió su palabra.

Efectivamente, en la playa al pescador lo estaban esperando dos remos nuevos lo primero que pensó el pescador fue pedir un nuevo deseo al alebrije pero recordó claramente la advertencia del alebrije. Por lo que mejor decidió contárselo a su esposa;

dijo el pescador- Esposa mía ve lo que me acabo de encontrar, ven, ven. La esposa del pescador lo trato con indiferencia esperando cualquier tontería de su esposo le podría contar .

Y dijo- hay porque tanto escándalo- y le saltaron los ojos -de donde sacaste estos remos no los robaste-. El pescador le contó la historia y sabía que era una historia difícil de creer pero su emoción era muy grande,

su esposa le dijo- tonto pero que rayos tienes en la cabeza pudimos ser ricos y tú solo le pediste estos dos cochinos remos-

Cuando

...