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El Alquimista


Enviado por   •  2 de Diciembre de 2013  •  1.545 Palabras (7 Páginas)  •  250 Visitas

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RESUMEN el-alquimista

Santiago, un pastor andaluz, solía caminar por las llanuras andaluzas con su rebaño de ovejas. Una noche tuvo un sueño, el cual le rebelaba que en las pirámides de Egipto se encontraba un gran tesoro. Este sueño lo tiene repetidas veces por lo que decide ir al pueblo a preguntar a una gitana para que se lo descifre. Ésta, tras no decirle que debe ir en busca de ese tesoro, lo estafa y se queda con una porción de su rebaño de ovejas, a las cuales él apreciaba tanto. Aparte, cuando encontrase el tesoro Santiago debía darle la décima parte del tesoro y de esta forma le pagaría la consulta. Descontento por el trato que ha tenido que pactar con la gitana se encuentra en una plaza a un misterioso rey. Éste le dice que es el rey de Salem y que ha venido a ayudarlo a encontrar su leyenda personal. El misterioso rey se destapó haciendo ver a Santiago su coraza de oro con piedras preciosas y le entregó dos de ellas: Urim y Tumin. Entonces, Santiago, confiando en las palabras de aquel rey encapuchado, decide vender todo su rebaño para así conseguir el dinero suficiente como para ir a África. Ya allí contrata a un paisano de la zona para que lo guíe y éste le roba todo las monedas de oro que al pobre Santiago le quedaban. Entonces se ve en la calle arruinado y comienza a trabajar en una tienda de cristales para reunir el dinero suficiente para volver a España y comprarse otro rebaño de ovejas.

Tras bastante tiempo trabajando, la tienda ha prosperado lo suficiente como para que Santiago poseyera el dinero necesario para volver a España. Sin embargo, decide seguir su camino, su sueño, llegar a las pirámides de Egipto para encontrar su tesoro. Por esta razón en seguida se unió a una caravana para cruzar el dificultoso desierto. Todos estos días que pasa en el desierto, se le hacen muy lentos y largos e intenta leer todos los libros de Alquimia que un inglés llevaba consigo. Mientras tanto por el desierto se estaba dando una guerra entre clanes y muchas noches corrían peligro. Además durante el camino Santiago empieza a aprender a escuchar su corazón y las señales del desierto. Tras concluir el viaje, la caravana llega a un oasis donde el inglés le pide que le ayude a buscar al Alquimista. Sus intentos son fallidos y se ponen a descansar en un pozo. De repente aparece una joven muchacha llamada Fátima, de la cual Santiago se enamoró enseguida. Éste siguió yendo al pozo a esperarla hasta que le confesó que la amaba.

Cierto día, observando el desierto, vio el vuelo de dos gavilanes que se atacaban. Entonces tuvo ahí una visión: un ejército de los clanes iban a atacarlos. Entonces Santiago fue a la tienda del jefe del oasis y se lo contó. El jefe, no muy seguro de las palabras de Santiago, ordenó que se protegiera el oasis pero que si eso no sucedía pagaría con su vida. Ya de vuelta a su tienda se levantó un viento muy fuerte y junto a él apareció un jinete que le preguntó que quién había leído el vuelo de los gavilanes. Santiago temeroso contesto que él. Entonces el jinete le perdonó la vida y le confesó que él era el Alquimista y que fuera a buscarlo a la mañana siguiente. El campamento fue atacado poco después. A la mañana siguiente fue a buscar a Fátima y se despidió de ella prometiéndole que volvería a por ella, y marchó en busca del Alquimista. Al encontrarlo emprendieron un viaje hacia las pirámides de Egipto y el Alquimista le enseñó lo que le faltaba saber sobre la alquimia.

Poco después, un día estaban caminando por el desierto y un ejército los secuestró. El Alquimista para liberarse le prometió al jefe del clan que el muchacho se convertiría en viento. Entonces el muchacho se paró mirando hacia el desierto y comenzó a hablar con él pidiéndole que lo convirtiera en viento, pero el desierto no pudo. El viento que escuchaba comenzó a hablar con el muchacho, pero él tampoco pudo, así que levantó una tormenta de arena a su alrededor para que pudiera hablar con el sol, mientras los hombres que lo observaban se detenían unos con otros para no ser arrastrados por el viento. Sin embargo, el sol tampoco pudo convertirlo en viento, pero le dijo que hablara con la mano que escribió todo. Ella era lo única capaz que podría transformar todo lo que quería. Y el muchacho se sumergió en el alma del mundo y vio que el alma del mundo era parte del alma de Dios, vio que el alma de Dios era su propia alma y que podía, entonces,

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