El Barroco

El Barroco

Transcurre desde el año 1600 hasta el 1750. En el año 1517 clavó las 95 tesis en la Iglesia de Wittenberg. En ellas se quejaba de los abusos y avaricia de la Iglesia Católica Romana, como en el caso de la venta de indulgencias. Posteriormente, ante la negativa de la Iglesia de reformarse se dio inició la Reforma Protestante. La ruptura y desunión trajo como consecuencia la llamada Contrarreforma (en el Concilio de Trento), en la que la perjudicada Iglesia Católica tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos (suprimiendo la venta de indulgencias, entre las medidas). Además, ante la pérdida de poder, la Iglesia empleó el arte como instrumento para hacer propaganda, utilizando mensajes claros y entendibles para toda la población. Se contrató a un gran número de artistas para asegurar que el mensaje se difundía por toda la población europea de la época. Así, se da inicio al Barroco.

La forma de atraer la atención del público fue la de impresionar por los sentidos, con estímulos enérgicos. Por ello, por ejemplo, el autor barroco emplea términos pomposos.

En este movimiento destacó el recargamiento de las formas, y un dinamismo en las curvas. La figura humana se asume como algo imperfecto. El Barroco se contradice con el estilo clásico. La fantasía pesa sobre la realidad. Con la Contrarreforma, se recrearon las antiguas esplendorosas basílicas romanas, contrastando con el simple y sencillo estilo protestante. En este periodo, reinaba un pesimismo político y existencial: la vida era muy corta. Además, se encontraban en una época trágica, de violencia y guerras.

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