El Encuentro
Enviado por JuanNandez • 15 de Febrero de 2014 • 801 Palabras (4 Páginas) • 261 Visitas
El encuentro
(Navidad del 85’)
Desde que era chico, había amado observar las estrellas, la luna, el sol aunque me quedase ciego, en fin, todas aquellas cosas que se encontrasen más allá de la tierra.
Me encantaba salir todas las noches y saber que se encontraban allí, en el mismo lugar de ayer, posando solo para mí, y pensar cuantas cosas habían contemplado ya; desde la caída de Babilonia, hasta el levantamiento de tantas grandes culturas. Siempre fijas, mirándonos.
Pero había algo más, una cosa que hasta mis 13 años aun me inquietaba, mas allá de cuantas estrellas hubiese en el universo, me abrumaba la inquietud de querer saber si había vida después de la tierra, y ese otoño descubriría algo maravilloso.
Para esas fechas las cosas no estaban siendo nada extraordinarias a años anteriores; mi familia comenzando a celebrar las fiestas navideñas, villancicos por todos lados, amor “everywhere”, mi hermano acabando con la alacena y todo el chocolate que se le cruzase enfrente, nada extraordinario. Pero había algo que yo esperaba con demasiada anticipación, desde hace más de un mes se había pronosticado una gran lluvia de meteoritos, la cual sería visible en toda la tierra: desde los pingüinos hasta los camellos, desde Moscú hasta La Patagonia. Dicha lluvia seria el 25 de Diciembre.
Ya lo tenía todo planeado, todo ese tiempo había ahorrado solo para poder comprar un potente telescopio, con el cual podría observar la trayectoria de todos los cuerpos celestes, aunque mi padre término comprándomelo, pues con lo que había conseguido ahorrar, solo habría conseguido una patada en el trasero de parte del vendedor, ¡ah!, y tres chicles de 50 centavos.
Con ese telescopio me iría al campo y montaría todo un campamento, sería como mi propio observatorio espacial.
Pedí el permiso para ir al campo ya acercada la fecha, yo solo por supuesto, lejos de las distracciones, la luz, solo estrellas y tranquilidad. Por supuesto la respuesta de mis padres, apabullante y llena de gran ironía fue: Hijo, si quieres observar tus cosas raras, solo sal al jardín, no molestes. No sabemos porque no puedes jugar simplemente futbol como todos los niños del barrio.
Así es como mis padres frustraron en su momento, mi intento de observar a los colosales astros, se notaba que no eran demasiado fanáticos a ellos, lo más cercano a estrellas que ellos veían era al pequeño Michael en tv, y al entonces fallecido John Lennon.
En fin, llegada la fecha, no pude más que montar mi equipo de observación. Todo era tan profesional; un radio para captar las ondas electromagnéticas (aunque solo podía escuchar la radio de “Don Cheto”), un radar para captar las desviaciones de los asteroides hecho de puro aluminio. Mi madre aún no se explicaba como este se le había acabado tan rápido. Y por supuesto mi gran telescopio, todo estaba listo, aunque podía notar la
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