El Hybris Destruye A Creonte

El Hybris Destruye a Creonte

El “hybris” es uno de los temas mas destacados en la obra de Antígona de Sófocles. Hybris es una palabra griega que significa orgullo, soberbia y desmesura, o sea todo lo que sobrepasa una justa medida. El orgullo es definido por la real academia española como arrogancia y la soberbia como altivez. Generalmente en las tragedias griegas esta desmesura, provocada por la arrogancia y la altivez que caracterizan al héroe trágico, es la causante de toda su ruina y desgracia. En Antígona no es diferente, a través de toda la obra se encuentra evidencia de como el orgullo y la soberbia se apoderan de Creonte, llevándolo a tomar decisiones de las cuales luego se arrepiente al ver como las consecuencias de las mismas destruyeron a su familia.

Creonte demuestra que el hybris esta afectando sus decisiones cuando su hijo, Hemón, llega a hablar con el. Hemón le deja saber a su padre que el pueblo esta rumorando que Antígona merece una recompensa en vez del castigo que el le a impuesto. Le implora que no se aferre a sus propias opiniones porque los que se empeñan en ser sabios por encima de todos, cuando se someten a pruebas, resultan vacíos. Hemón le pide a su padre que refrene su ira y le exhorta a recibir, de otros, consejos rectos. Pero la reacción de Creonte fue una llena de arrogancia y altivez, a pesar de escuchar al Corifeo opinar que seria justo que recibiera las palabras de su hijo, la soberbia de Creonte no le permite aceptar el consejo de Hemón. El se niega a ser instruido por un jovenzuelo aunque toda la ciudad de Tebas no este de acuerdo con la forma de el regir la tierra.

Tiresias, el ciego adivino, también intento razonar con Creonte. El anciano le pidió que meditara bien en los hechos que estaban aconteciendo. Tiresias le enfatiza que es común para los hombres equivocarse pero que obstinarse es una estupidez. La obstinación es el mantenimiento excesivamente firme de una idea, generalmente poco acertada, sin tener en cuenta otra posibilidad. A los ojos de Creonte no había otra opción valida porque el estaba siendo dominado por su terquedad. La arrogancia nubló su buen juicio. Una de las características que distingue a las personas que son dominadas por el orgullo es que no pueden tolerar equivocarse. El hybris despierta la cólera de quienes lo sufren. Es fácil para una persona soberbia perder el control porque la necesidad de tener la razón los desespera, impulsándolos a los extremos. Creonte se llenó de ira al darse cuenta que el sabio tampoco estaba de acuerdo con las decisiones que el había tomado y no logra controlarse, faltándole el respeto a Tiresias declarando que el adivino se había vendido por dinero. Su falta de prudencia, al no refrenar su lengua, complicó su situación ya que como consecuencia el anciano lo maldijo y se fue.

Al escuchar las palabras de Tiresias, Creonte se arrepiente. El no quería

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