El Jarron Azul
Enviado por angelito1976 • 17 de Junio de 2015 • 1.295 Palabras (6 Páginas) • 260 Visitas
ANECDOTA DEL LUCHADOR QUE NO SE DA POR VENCIDO
CAPITULO I
Hace casi veinte años, apareció un libro (en inglés) con un título
que significaba aproximadamente el que se ve arriba, y el cual
enseña una gran lección. Cientos de miles y quizá millones de
hombres han admirado la anécdota y procurado seguir el
ejemplo del héroe de ella, cuyo lema era "Lo haré".
Desgraciadamente esta historieta nunca fue traducida a otros
idiomas, aunque beneficiaría a cuantos la leyeran. Por creerlo
así. . . por ser un elocuente ejemplo de lo que constituye la
firmeza de voluntad que conduce al éxito; daremos aquí, con
permiso del autor, un resumen de ella. Muy lejos de hacerlo en
el expresivo y vigoroso lenguaje del notable y admirado escritor -
Pedro B. Kyne- de fama mundial, y dudamos que un simple
compendio, cuando menos una traducción, pueda transmitir la elevada filosofía que contiene,
el humorismo y el profundo sentido común que han hecho de la pequeña historieta una
verdadera obra clásica.
Sin embargo, deseamos dar una síntesis de la moraleja que esta admirable anécdota
encierra y que ha sido una inspiración para tantos que aspirando al éxito, habían creído
insuperables los obstáculos con que tropezaran.
Mr. Alden P. Ricks, mejor conocido como "Cappy Ricks", fue el fundador y el espíritu
dirigente de una importante empresa maderera y de vapores. En teoría, ya se había retirado
de la dirección activa del negocio, pero en realidad continuaba siendo su principal guía y
consejero, rehusando -como él mismo se expresó- a abandonar su actividad mental no
obstante haber suspendido su actividad física.
Los ayudantes y administradores activos de "Cappy" eran: Mr. Skinner, encargado del
negocio de maderas, y Matt Peasley, quien dirigía el de vapores. Ambos eran hombres
competentes en quienes Cappy tenía plena confianza, aunque a veces le entraban dudas de
su buen criterio, especialmente en lo que se refiere a juzgar la capacidad de otros.
El problema que estos tres personajes confrontaban, según principia la historia, era la
situación que existía en su oficina en Shanghai. El empleado que habían enviado a hacerse
cargo de ella estaba dando mal resultado, aunque esto no sorprendía a Cappy, porque en su
opinión carecía de ciertas cualidades que él consideraba esenciales.
-Skinner, ¿tienes un candidato para el puesto?, pregunto Cappy.
-Siento decirle que no, Mr. Ricks; todos los empleados que tengo bajo mis órdenes son
jóvenes... demasiados jóvenes para asumir esa responsabilidad.
-¿Que quieres decir con "demasiado jóvenes?", replicó Cappy.
-Bueno, el único a quien yo consideraría competente para ocupar el cargo sería Andrews y él
apenas tiene unos treinta años.
-Treinta años, ¿eh?; pues si no mal recuerdo yo te empecé a pagar un sueldo de diez mil
dólares al año y a confiarte la responsabilidad de dos millones cuando apenas tenías
veintiocho.
-Es cierto, pero Andrews ... bueno, no hemos puesto a prueba todavía su competencia.
-¡Skinner! -interrumpió Cappy en voz resonante- no alcanzo a comprender todavía por que
no te he mandado al diablo. ¿Dices que todavía no hemos puesto a prueba la competencia
de Andrews? ¿Por qué tenemos aquí gente que no sabemos lo que puede hacer ...
¡contéstame! El mundo de hoy es el mundo de la juventud, y métete esto en la cabeza.
(Dirigiéndose hacia el otro administrador continuó:)
-Matt, ¿que te parece Andrews para el puesto de Shanghai?!
-Lo creo capaz.
-¿Por qué?
-Porque lleva bastante tiempo con nosotros para haber adquirido la experiencia necesaria.
-¿Crees, Matt, que también tenga el valor necesario para asumir la responsabilidad? Eso es
mas importante todavía que la tal experiencia que Skinner y tú consideran como lo más
esencial.
-De eso nada puedo decirle a Ud., pero me parece que tiene energía e iniciativa, y
personalmente es agradable.
-Bueno, antes de mandarlo hay que convencernos de que tiene energía e iniciativa... de si
los tendrá cuando tenga que tomar una decisión inmediata, seis mil millas distante de sus
jefes a quienes consultar - y proceder acertadamente de acuerdo con su criterio. Eso es lo
más importante Skinner.
Tiene Ud. razón, Mr. Ricks, y creo que Ud., quién debe hacer la prueba.
-Convencidos,
...