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El Mito De La Eterna Vocación: El Maestro Sísifo Y Su Piedra Rodante


Enviado por   •  6 de Octubre de 2013  •  464 Palabras (2 Páginas)  •  1.173 Visitas

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Cuenta la leyenda, que Sísifo desafió a los dioses,

se burló de ellos, regresó de la muerte y se negó

a volver. Los dioses condenaron a Sísifo a rodar

una roca a la cima de una montaña desde donde la

piedra volvería a caer por su propio peso; se pensaba,

que no habría un castigo más terrible que el trabajo inútil

y sin esperanza (Camus, 2000). La sentencia estaba

dictada, tocaba a Sísifo emprender el viaje cuesta arriba,

cada vez que la piedra llegara a la montaña ésta caería

siempre para repetir por toda la eternidad su condena.

¿Pero qué podría hacer Sísifo sin una “pizca” de vocación?

Disponerse a rodar la piedra requiere de un halo

de cierta abnegación, de sentirse llamado a cumplir con

una tarea que es asignada, no por convicción, no por

deseo, sino por obligación; pero en cierto sentido, se

trata de una tarea que redime, que enaltece, que está

marcada por el sufrimiento y la entrega sin esperar

recompensa, se trata de una misión que sin vocación,

perdería su sentido. Y ahí está el maestro Sísifo, empujando

una piedra y cargando sobre su espalda todas

las miserias de la humanidad. Quien ha de gozar de la

vida, tendrá que dejar su cuota de sufrimiento en ella.

Vemos caminar al maestro Sísifo por una vereda que ha

labrado con el paso de los años, haciendo camino, forjando

conciencias, haciendo escuela, predicando la palabra

de la razón. La piedra no resulta tan grande cuando

se la mira como una misión, cuando se la ve como

una noble tarea; se trata de predicar la verdad, de ayudar

a conformar la nación, de dar sin esperar gratificación

alguna.

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Pero hay algo más, el maestro Sísifo no puede

ser cualquiera, el maestro Sísifo ha de ser un hombre o

una mujer sin tacha, educado, noble, comprensivo, abnegado,

de físico resistente para aguantar las arduas

horas de trabajo, debe tener el oído y la vista siempre

alertas; además ser pulcro en el vestir, no importa si se

tiene o no para comprar una vestimenta adecuada, ser

pulcro no significa vestir opulentamente, sino con limpieza

y decoro.

La pesada loza puesta, e impuesta, sobre los

hombros del maestro Sísifo y el tamaño de la piedra que

empuja, no serían tan pesadas si se le reconociera y valorara

social y económicamente, de ahí la pregunta: ¿Es

suficiente la vocación para que el maestro Sísifo emprenda

todos los días su complicada misión? Hay quien

dice que si el maestro Sísifo no tuviera vocación, no tendría

la fuerza suficiente para enfrentarse todos los días

a su desalmado destino, pero ésta no nos es concedida

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