El Nativismo Poetico
Enviado por Daly16 • 24 de Mayo de 2013 • 3.956 Palabras (16 Páginas) • 1.428 Visitas
EL NATIVISMO POÉTICO DE FRANCISCO LAZO MARTÍ: “LA SILVA CRIOLLA”
NATIVISMO POETICO Como se ha observado en la página; Narrativa criollista, el criollismo o regionalismo también se conoce como "nativismo" cuando se aplica a la poesía. Los escritores nativistas muestran una definida posición nacionalista en el arte y una conciencia literaria madura; son americanistas también, en cuanto se desentienden del peso de las tradiciones europeas y centran su interés en el continente americano. Su objetivo está puesto en el paisaje antes que en los individuos y, por esa razón, suelen ser muy descriptivos; en definitiva, el escritor se presenta plenamente integrado con su tierra e incorpora lo regional.
FRANCISCO LAZO MARTÍ Médico y poeta, Lazo Martí nació y se educó en el llano, centro de su actividad profesional; por tal motivo, no resulta sorprendente que este poeta, culminante del nativismo criollo, haya conseguido una plena identidad con ese paisaje, convertido gracias a su obra, en el espacio simbólico de Venezuela. La importancia histórica y económica que para entonces tenía la ciudad de Calabozo explica también que Lazo Martí haya realizado en ella sus estudios, se haya despertado como poeta en la adolescencia y que su formación estuviera cimentada sobre el conocimiento de los clásicos españoles y de los idiomas. Al concluir el bachillerato, permaneció en Calabozo, donde inició sus estudios de medicina, es decir, preparó las materias para luego rendir exámenes en Caracas. Su arribo a la capital coincide con los últimos años del guzmancismo y con las prédicas positivistas que propagaban desde la universidad los maestros Adolfo Ernst y Rafael Villavicencio. Para el poeta, supuso particularmente un choque doctrinal entre el catolicismo hogareño y las enseñanzas contenidas en libros y aulas. Sus biógrafos argumentan además que la ciudad no le resultaba agradable y, en 1890, una vez graduado, regresa a la provincia y recorre los llanos centrales: San Fernando de Apure, Puerto Nutrias, Zaraza, El Sombrero, Valle de la Pascua, para quedarse en Calabozo otra vez. Lógicamente, en sus andanzas traba amistad con el también itinerante Lisandro Alvarado. En el periplo ejerce la medicina como apostolado mientras da forma a sus poemas mayores. Apoya la Revolución Legalista de Joaquín Crespo y redacta, en San Fernando de Apure, un periódico llamado El Legalista (1892). Hacia 1897, inicia la redacción de “La Silva criolla”; también en esa misma fecha, comienza a colaborar con la revista El Cojo Ilustrado. El fin del siglo XIX coincide con la crisis definitiva del romanticismo poético y surgen con impacto la novedosa estética modernista, las evasiones parnasianas y las tendencias que buscan una salida «autóctona» para el incipiente género novelístico. Todas ellas se cruzan en Lazo Martí y se complican a causa del predominio, en su lírica, de las formas neoclásicas. Lazo Martí se incorporó además a las luchas políticas y a las guerreras del tránsito venezolano entre los dos siglos. En 1897 participa en el periódico El Voto Directo, que apoya la candidatura del general Ignacio Andrade y en 1901, se enrola en las fuerzas de la Revolución Libertadora contra Cipriano Castro; ese mismo año aparece su obra más famosa “La Silva criolla” que lo consagra como poeta. Su poesía es nativista y no regionalista o localista; en este sentido, a la crítica literaria le tomó varios años aclarar el problema, ya que no se trata de una poesía descriptiva, sino que convierte lo local en un valor simbólico y universal. Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde el 27 de octubre de 1983.
SILVA CRIOLLA La primera publicación de la Silva Criolla fue en el año 1.901 en la célebre revista El Cojo Ilustrado y estaba integrado por 290 versos. Posteriormente, en las nuevas versiones impresas, el número de versos alcanza a 368. El poema constituye la obra que representa al nativismo o criollismo en poesía. La obra está dedicada a un “bardo amigo”, personaje simbólico representante de los intelectuales de su tiempo quienes, según Lazo Martí, no transitaban el verdadero camino en el plano artístico ni en lo moral. El poema es un amplio paseo lírico por la ancha geografía de nuestros llanos en donde el poeta mezcla lo objetivo con lo simbólico y nos expresa además de sus preocupaciones políticas y sociales, sus inquietudes filosóficas en torno a la vida, la muerte y el destino humano.
La Silva Criolla está estructurada en once Estancias o Cantos; cada uno de ellos tiene una estructura poética independiente, es decir que tiene su propio contenido y unidad temática. Está escrita en versos heptasílabos y endecasílabos; por sus líneas, el poeta pide el retorno al hogar nativo y lo hace con hondo sentimiento por la tierra. Entre líneas, pide volver al terruño y dedicarse al trabajo, retornar: “ven de nuevos a tus pampas”, es decir al llano, porque para él es necesario huir del mal que habita en la ciudad y retornar al bien que está en el campo, en la sabana. Pero ese venir, ese volver, ese retornar tiene diversas escalas espirituales; aparecen estados de ánimo que varían con las estaciones del año y con los climas llaneros. Para el autor, la Primavera es la alegría; el Verano, sobre todo de tarde, cuando el día cae, es el momento propicio para la melancolía; el Invierno por su parte es tiempo triste, momento nocturno, durante el cual aparecen las “sombras espectrales”. Es así como Lazo, basándose en una insinuación de Bello, retorna en su composición a la tierra, con hondo vuelo poético, con suave belleza al escribir; se aleja de la ciudad y de sus vicios para internarse en la llanura. De esta forma, Lazo Martí busca el amor de la mujer y trata de establecer un mundo en el cual reine la paz.
Cuando el poeta usa los elementos de la naturaleza llanera, simboliza su atormentada crisis interior y lo plasma en pasajes fundamentales de la Silva Criolla. Por tal motivo, este poema expresa inquietudes universales y eternas que van más allá del simple registro objetivo del paisaje. En esta silva, Lazo conjuga algunos rasgos de su vida sentimental y del mundo interior de sus dudas y valores ético-políticos. Están, así mismo, los testimonios de su conocimiento del paisaje, las costumbres llaneras y la evocación de la primera esposa, fallecida prematuramente. Sirviéndose de imágenes de la tierra, aparecen algunas de sus inquietudes espirituales relacionadas con el misterio de la vida y de la muerte. Cada uno de los once cantos que forman la silva es autónomo, puede leerse con independencia de los restantes; sin embargo, se trata de un poema único, de armoniosa y unificada estructura formal y temática.
En este poema, existe una profunda oposición entre la vida de campo y de ciudad. De esta forma, continúa con las ideas
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